Durante todo el embarazo, el cuerpo de la mujer cambia en todos los sentidos. No sólo su forma física se ve afectada; su cerebro ha cambiado y la balanza de hormonas en el cuerpo está totalmente alterada. Tras el parto es posible que aparezca lo conocido como la tristeza puerperal. Es algo bastante frecuente en madres, ya sean primerizas o no. No hay que dejarlo pasar por alto ya que es posible que evolucione en una depresión posparto, algo que son palabras mayores.
Estos sentimientos son fruto de la bajada de hormonas que tienen las mujeres recién paridas. La placenta ha sido un almacén de hormonas durante todo el embarazo. Una vez desaparece, estalla algo en nuestro interior. Nuestro cuerpo debe de ser el encargado nuevamente de estabilizarlo todo. La placenta ya no estará ayudándonos y por lo tanto la bajada de estrógenos nos lleva a sentir este estado de melancolía, conocido también como el «baby blues». Vamos a ver las diferencias entre estos dos estados en las madres, ya que es importante diferenciarlos:
Tristeza puerperal
Aparece aproximadamente entre el tercer y cuarto día tras haber dado a luz. Este es el momento en el que la bajada de hormonas ha llegado a su máximo. Aunque aparece pronto, su duración no suele ser de más de una quincena. Hay mujeres que solo han sentido este tipo de tristeza durante unos días nada más. Los síntomas son leves; no hay sentimientos demasiado graves respecto a la nueva vida que acontece. La irritabilidad y la angustia son comunes, y es normal que la madre llore repentinamente.
También hay síntomas digestivos; poco apetito o por el contrario, ansiedad por la comida como vía de escape. Todo esto se ve mezclado además con la falta de sueño, que acompañará a la madre los primeros meses de vida del bebé. Aunque 8 de cada 10 mujeres se vean afectadas, es necesario apoyarlas y mostrarles empatía. Entenderlas y ayudarlas, saber por lo que están pasando, para así afrontar una temprana recuperación.
Una tristeza puerperal puede evolucionar a una depresión posparto si los síntomas van agravándose cada vez más y la madre sigue sin recibir apoyo y compresión por parte de nadie. En este caso tendríamos otro tipo de «problema» al que enfrentarnos.
Depresión posparto
Al contrario que la tristeza puerperal, la depresión posparto aparece casi un mes después del nacimiento del bebé. Es posible que también aparezca en cualquier momento tras el nacimiento, sin restringir solo este tiempo al inicio del posparto. Hay casos de mujeres diagnosticadas con depresión 1 año después de haber nacido su bebé. Es un problema que va a durar meses y que necesita mucha paciencia.
Los síntomas son muy intensos. La tristeza es lo más destacable; es un tipo de tristeza muy «oscura», tan profunda que parece que no tuviera solución. Las mujeres con depresión posparto pueden tener diversas crisis, entre ellas las de llanto intenso y las temidas crisis de pánico. Éstas se parecen mucho a las crisis de ansiedad, con la diferencia de que aparecen sin previo aviso a la persona que las padece y van aumentando su intensidad en el tiempo.
Una de las cosas que sufren y que siempre comento en mis publicaciones, es el sentimiento de culpa que tienen. Aunque todos lo hemos tenido alguna vez, estas mujeres se sienten mal por todo lo que hacen hasta el punto de pensar que sus hijos vivirían mejor si ellas no estuvieran vivas. No se ven capaces en esos momentos de hacer frente a la ardua tarea de cuidar a su hijo, por lo que la impotencia y el sentimiento de fracaso es tal que empeora muchísimo más su estado anímico.
No debemos de pasar por alto estos signos en una madre que tenga un hijo menor de 1 año; y aunque sea mayor. Una depresión es una alteración mental grave de la que muchas veces no se encuentra una salida fácilmente. Además, muchas mujeres se ven solas ya que parejas, familiares y amigos, no le dan importancia. Esperemos que con esta publicación, empecemos a cuidar a las madres antes de que lleguen a este punto y no tengamos que ver más noticias desgarradoras por culpa de un problema invisible para muchos. No son mujeres que tienen cuento y que no quieren cuidar de su bebé; son mujeres con una enfermedad grave que necesitan ayuda.
Como bien dices Marina, es muy importante cuidar las emociones de las madres y prestar apoyo a una tarea tan dura e intensa como es la crianza. Por desgracia una depresión mal tratada puede originar consecuencias posteriores. Muy interesante el tema que se plantea.
Un saludo.