Comer saludable durante todo el embarazo es fundamental, primero para que el feto pueda desarrollarse correctamente a través de los nutrientes que recibe de la madre. Pero también porque los malos hábitos alimentarios pueden causar diversas complicaciones en el embarazo, comprometiendo la salud tanto de la madre, como la del bebé.
Las claves para comer saludable en el embarazo son, comer variado, equilibrado, optando siempre por alimentos de temporada, frescos y cocinados de la forma más saludable. Si eliminas las grasas, los procesados y algunos alimentos que pueden dañar al feto, como aquellos que se presentan sin pasteurizar. Así como los alimentos crudos o aquellos pescados de gran tamaño que contienen grandes cantidades de mercurio, te estarás alimentando de forma saludable en tu embarazo.
Comer saludable en el embarazo
En cada etapa del embarazo comerás de forma diferente, porque generalmente, las mujeres embarazadas pasan por varias fases de amor/odio con la comida a lo largo de las 40 semanas del embarazo. Durante las primeras semanas, las molestias estomacales como las náuseas y los vómitos, impiden que se pueda comer con normalidad. Incluso, la sensibilidad con los olores son causantes del rechazo a muchos alimentos en el primer trimestre del embarazo.
Hacia el segundo trimestre, cuando el organismo se estabiliza después de los importantes cambios hormonales de los primeros momentos del embarazo, se comienza a disfrutar de la comida. También se suele vivir una etapa mucho más relajada, porque se pasan los primeros miedos por el riesgo de pérdida fetal en el primer trimestre. El embarazo avanza y desaparece el cansancio de las primeras semanas y apetece comer más.
Cuando llega el tercer trimestre es cuando más apetito suele entrar, porque el bebé crece muy rápidamente y con ello sus necesidades nutricionales. La energía que aportan los alimentos se consume rápido y la madre tiene necesidad de comer más y con mayor frecuencia. Es decir, el aumento de peso se puede descontrolar sin que apenas te des cuenta, algo que puede complicar mucho el final del embarazo y la posterior recuperación.
Comer saludable en el tercer trimestre del embarazo
Para que tus necesidades energéticas estén cubiertas, la base de tu alimentación en el tercer trimestre debe ser estar compuesta en gran medida por hidratos de carbono complejos. El organismo los absorbe lentamente y cuando necesita energía tira de ellos, por lo que debes comer alimentos tales como las patatas, los cereales integrales, arroz o pasta.
También debes cubrir una serie de nutrientes que el bebé necesita, como las proteínas que encontrarás en las carnes magras, el pescado o los huevos. El consumo de lácteos y derivados debe ser constante durante todo el embarazo, para que la estructura ósea del bebé se forme de forma óptima, por lo que debes tomar diariamente leche, yogures o queso (siempre pasteurizado).
Las frutas y las verduras son tus grandes aliados en estos momentos. Puedes recurrir a las frutas siempre que tengas hambre fuera de horas y puedes consumir tantas como quieras. Lo mismo ocurre con las verduras, que deben estar presentes en las principales comidas del día. Te ayudarán a saciarte sin tener que consumir más cantidad de otros alimentos con más calorías, además, te aportarán fibras y minerales esenciales.
¿Qué ocurre con las grasas?
Las grasas también deben formar parte de tu alimentación, es más, son esenciales para que el bebé se pueda desarrollar correctamente. Sin embargo, es muy importante diferenciar entre grasas saludables y las que no lo son. Entre las grasas saludables se encuentran las que aportan los frutos secos, el aceite de oliva virgen o los aguacates. Eso sí, tómalos con moderación porque a pesar de ser saludables, contienen un alto aporte de calorías que no debes descuidar.
Para evitar coger peso de forma descontrolada, con alimentos y productos que nada bueno aportan a tu organismo. Evita comer fritos, bollería industrial, aperitivos salados o refrescos, llenos de calorías vacías y sustancias perjudiciales tanto para ti como para tu bebé. Toma mucha agua y recuerda caminar cada día al menos una hora. Mantener la actividad física también te ayudará a recuperarte mucho mejor después de dar a luz.