Para los padres la salud de sus hijos es primordial y en ocasiones pueden pasar por alto un aspecto que mata a 50.000 personas al año en España: fumar. Fumar mata y esta es una realidad aplastante. Lo primero que debes tener en cuenta si no quieres que tu hijo adolescente fume, es que debes dar ejemplo y no fumar tú tampoco. Además de cuidar tu salud y evitar enfermedades innecesarias o morir antes de tiempo, también estarás evitando que tus hijos caigan en este hábito mortal.
Para saber si tu hijo adolescente está fumando o no, tendrás que buscar señales para saber si lo está haciendo o no. Si tu hijo es un poco mayor, es posible que te preocupe que ya haya comenzado a fumar. Los signos que debes observar incluyen mal aliento, dificultad para respirar, ropa manchada o maloliente, tos y ronquera.
Si parece que realmente ha comenzado a fumar, tendrás que hablar con tu hijo y decirle que crees que fuma, pero intenta mantener una actitud de comunicación abierta y honesta. No te pongas a la defensiva, ni le juzgues ni le ataques, porque entonces tu hijo se cerraría en banda y no querría contarte nada y sentiría desconfianza de ti. Pregúntale directamente a tu hijo si está fumando y si la respuesta es que sí, resiste el impulso de gritar o hablarle mal.
Dile con calma que eso te decepciona pero que no es tarde para que deje de fumar. Infórmale sobre todas las consecuencias negativas que tiene el fumar y la importancia a corto y largo plazo de dejar ese hábito mortal. Se pueden prevenir muertes prematuras simplemente no encendiéndose un cigarro. Empezad un plan conjunto sobre cómo evitar fumar. Dile que si le pillas fumando tendrá consecuencias y las acordáis conjuntamente.
Si tu hijo fuma demasiado, es posible que necesite ayuda para dejarlo y requiera de otros recursos, habla con tu médico para encontrar las mejores soluciones en su caso en concreto.