Ser padre no es fácil, y si se trata de ser padres de un adolescente, entonces aún puede resultar mucho más complicado. Los adolescentes parecen pequeños adultos independientes, pero la realidad es que aún siguen siendo muy dependientes y te necesitan en todo momento. Los adolescentes querrán mostrarte que son capaces de hacer las cosas por sí mismos, pero la realidad es que no es así en todos los casos.
También necesitan que les digas que les quieres y que les muestres tu amor incondicional. Necesitan saber que son aceptados y queridos por sus padres, porque solo de esta manera podrán construir su personalidad y que su autoestima esté fuerte y aumente sin llegar a ser arrogantes. Pero, hay otra parte de la crianza de los adolescentes que no todo el mundo habla pero que ocurre diariamente dentro de todos los hogares: las quejas constantes de los padres.
Las quejas de los padres
Los padres se quejan de sus hijos adolescentes en muchos momentos del día. Lo hacen delante de ellos o a sus espaldas cuando hablan con otras madres o padres que tienen hijos de edades similares, o quizá, solo cuando hablan con familiares cercanos. Normalmente lo hacen para desahogarse o para buscar soluciones a problemas que ven demasiado grandes.
La realidad es que los adolescentes no necesitan escuchar estas quejas constantes, porque solo les hará minar su autoestima y que corroboren que no son aptos, o que son vagos, o que son callejeros, o que son desobedientes… acaban interiorizando una peligrosa etiqueta que les han puesto los padres, sin querer, con sus quejas constantes.
Las etiquetas harán que los adolescentes realmente se crean que son así, aunque tengan capacidad suficiente para poder tener un comportamiento adecuado. Las quejas solo generan malestar familiar y acaban incluso, haciendo que padres e hijos se distancien emocionalmente… Unos porque se quejan y los otros, porque se sienten ofendidos una y otra vez.
Los adolescentes no necesitan tus quejas
Los adolescentes no necesitan quejas, lo que necesitan son normas y límites que deben cumplir. Si bien las normas y límites pueden ser contrarias a lo que los adolescentes quieren a estas edades de ‘quiero ser independiente’, ‘tú a mi no me mandas’, ‘yo sé lo que tengo que hacer no hace falta que me lo digas’, la realidad es que las necesitan para sentirse seguros y para saber qué hacer en cada momento.
Sin normas los adolescentes no sabrán cómo actuar o comportarse y pueden derivar en un comportamiento imitado, quizá por modelos no adecuados como los que se ven en la televisión o lo que ven en el instituto. Por todo esto, resulta tan importante que dejes de quejarte de tus hijos y que comiences a actuar en el hogar, estableciendo normas y límites que todos deberéis cumplir para poder mejorar la convivencia. El respeto, siempre será la base de estas normas y también de la convivencia familiar.
Los adolescentes a estas edades crecen muy rápidamente y además, es un momento en sus vidas, donde comienzan a valorar cómo será su futuro y qué camino quieren seguir para conseguir sus sueños. Unos sueños que como padres, deberás apoyarlos… aunque al mismo tiempo le indiques cuál es el camino correcto para llegar a esos sueños.
La adolescencia es una etapa difícil
La adolescencia es una etapa difícil, tanto para los propios adolescentes como para los padres que deben educarles y asegurarse de que van por el camino correcto todo el tiempo. Los adolescentes están en una etapa de cambio y pueden haber malentendidos constantes e intolerancia entre las generaciones que conviven bajo un mismo techo. Es necesario que antes de crear equipos diferentes dentro de un mismo hogar, respires hondo y reconsideres tu posición como padre o madre.
A continuación vas a encontrar una lista de razones por las que realmente se puede aprovechar al máximo los años de adolescencia, y que no se conviertan en años para querer olvidar. No temas la adolescencia de tus hijos, porque no es tan malo como parece. Incluso en aquellos días en que parece que no tengas reservas emocionales para afrontar algunas situaciones, incluso en esos días también, podrás descubrir que hay beneficios por tener en tu vida adolescentes.
Razones por las que tener un adolescente es maravilloso
Se bañan y se asean solos
Es probable que te gustase cuando tu hijo adolescente era bebé y los bañabas… pero era una locura al final del día, sobre todo si tenías más de un hijo. Después tenías que hacer la cena rápidamente y prepararlos para dormir siguiendo sus rutina. Ahora en cambio, la cosa es muy diferente y mientras tú haces la cena tranquilamente tu hijo se baña solo, sin ayuda.
Duerme muchas horas
Seguro que no has olvidado las largas noches que tus hijos te hicieron pasar cuando eran bebés o niños pequeños. Ahora probablemente ya no te den ese problema (excepto cuando salen con los amigos, que hasta que no llega a casa tienes el corazón inquieto). Pero cuando duermen toda la noche y encima se despiertan… no necesitan que hagas nada, ¡ellos mismos se preparan el desayuno y se visten solos!
Pueden hacer cosas solos
Si les has enseñado bien, podrán tener tareas domésticas diarias que te facilitarán la vida. Crea un cuadro de tareas familiar y que ellos también tengan que hacer algunas tareas como poner lavadoras, tender la ropa, doblar la colada, lavar los platos, limpiar el polvo, fregar el suelo, sacar al perro, ir a la compra, etc. Aunque al principio se puedan mostrar reacios, después se acostumbrarán y verán que hacer las tareas es un hábito más que deben realizar.
Tienen sus propias opiniones
Los adolescentes tienen sus propias opiniones y les gusta tenerlas. Pero como padre y madre, además de que tengan su opinión, debes enseñarle a que tenga criterio propio y a que exponga sus opiniones siempre respetando al prójimo, con empatía y asertividad.
Las opiniones de tus hijos adolescentes en muchas ocasiones es probable que no estén bien formadas o que no se hayan informado bien, o incluso, que simplemente no entiendan bien de lo que están hablando. En ocasiones, tus hijos pueden pensar que están discutiendo contigo pero tú solo te estás involucrando en su mundo e intentas darle sentido a todo ese caos. Cuando les haces pensar, sientes que estás haciendo un buen trabajo, ¿verdad?