Tutorías con maestros: aplicación de una comunicación asertiva

¡Hola, lectores! A estas alturas del curso es habitual que se empiecen a llevar a cabo las tutorías con maestros en los centros educativos. Posiblemente, algunos de vosotros tengáis estas reuniones cerca y os sintáis un tanto inseguros al no tener claro cómo comunicaros con los profesores. Lo cierto es que bastantes familias van a las tutorías con maestros algo nerviosos, tensos y poco dialogantes.

De este modo, la relación escuela-familia se vuelve más complicada y menos efectiva (y eso no sería lo adecuado). Las tutorías con maestros pueden ser muy valiosas para trabajar en equipo con los docentes, para recibir apoyo, para resolver dudas y por supuesto para conocer un poco mejor cómo es el día a día de los niños en el centro educativo.

Para que las tutorías con maestros sean lo más productivas posibles, os voy a hablar de cinco ideas prácticas muy sencillas que podéis poner en marcha en todas las reuniones. ¡Vamos a ver cuáles son!

Acudir a las tutorías con maestros sin tensión

No olvidéis que la comunicación no verbal es importante. Si entráis en la reunión tensos, nerviosos o enfadados enseguida se va a notar en vuestro lenguaje corporal y puede que los maestros se sientan algo incómodos con la situación. No veáis las tutorías con maestros como algo malo y con expectativas negativas. Algunos padres cuando el tutor se quiere comunicar con ellos piensan que es porque su hijo mal en el centro o porque se ha portado como debía (y no siempre es así).

No os olvidéis de aplicar la escucha activa

Desconectad vuestros teléfonos móviles cuando acudáis a las tutorías con maestros. Es fundamental que os centréis y prestéis atención a lo que están diciendo los profesores de vuestros hijos. Escuchar de forma activa es uno de los requisitos más importantes. Así la relación con los maestros fluya de manera positiva. Dejad claro a los docentes que estáis ahí con ellos y presentes en la conversación. De esta manera, los maestros también se sentirán más cómodos con vosotros.

Los gritos y un tono de voz elevado nunca ayudan a nada

Quizás os sorprenda pero hay padres que gritan y alzan el tono de voz en las tutorías con maestros. Estas situaciones suelen darse cuando los profesores informan a los padres de comportamientos negativos de los niños. Se niegan en rotundo a reconocer que sus hijos sí puedan haber empujado, insultado o hablado mal a algún compañero. Y tampoco se dan cuenta de que la mayoría de los maestros están en la reunión para ayudarles y no como enemigos. 

Por eso, os recomiendo que escuchéis de forma activa y tranquila todo lo que tienen que decir los tutores (ya sean cosas negativas o positivas). Recordad que estáis en la reunión para aprender, mejorar y trabajar en equipo. Si vuestros hijos lo pasan mal en el colegio o empiezan una pelea en clase, ¿no os gustaría saberlo y recibir información y apoyo de los maestros para ayudarlos y así evitar conflictos más graves?

La inteligencia emocional, una gran aliada

Aplicar la inteligencia emocional es muy importante en las tutorías con maestros. Si no sabéis gestionar vuestras emociones puede que se den situaciones incómodas, irrespetuosas, impulsivas y poco asertivas. La inteligencia emocional os puede ayudar a mantener una actitud positiva y dialogante con los maestros de vuestros hijos. Y eso ayudaría mucho a que las tutorías fuesen más productivas.

Intentad empatizar y comprender a los profesores. Podéis comunicarles sin miedo que valoráis mucho su trabajo y esfuerzo. Posiblemente lo sepáis pero ser maestro no es nada sencillo. Los docentes deberían sentir que no les juzgáis, que les tendéis la mano y que estáis dispuestos a trabajar en equipo. De esta forma, sería todo mucho más sencillo.


Sí, los maestros también se pueden equivocar

No son dioses ni mucho menos. Conozco casos de maestros que se han equivocado en corregir un examen a un niño y los padres se mostraron enfados en la reunión. Dijeron que el maestro era poco profesional. Lo cierto es que los profesores tienen el derecho (como todos) de equivocarse y de fallar.  Si queréis comunicarles que han comedido un error, intentad hacerlo de forma respetuosa y empática. Las ofensas no llegan a ningún sitio.  

Podéis pensar lo siguiente: ¿a vosotros os gusta que os hablen mal cuando os equivocáis?

Y vosotros, ¿ya habéis tenido la tutoría con los maestros? ¿Qué tal ha ido? ¿Creéis que ha sido una conversación productiva y asertiva? ¡Me encantará leer vuestros comentarios!


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