Hay padres que para suavizar el impacto de las palabras que nombran los genitales “vulva” o “pene” prefieren usar otros nombres “menos impactantes” pero nada adecuados para nombrar los genitales de sus hijos. Pueden ser palabras como “churrita”, “chichi”, “chochete” “toto”, “colita”, etc. Pero en realidad, ninguna de las opciones que no sea llamarlo por su nombre, es buena opción.
Los niños deben aprender a nombrar correctamente las partes del cuerpo e igual que a un brazo lo llamas “brazo” al pene hay que llamarlo “pene” y a la vulva, “vulva”. Utilizar otras palabras no es malo siempre y cuando los niños sepan cuáles son los nombres reales de estas partes de sus cuerpos.
No tienes que esperar a que sea mayor para comenzar, en cuanto comience a aprender las partes del cuerpo y pregunte o se interese por estas partes hay que nombrarlos por su nombre.
Puedes aprovechar partes del día para poder nombrarlo, como cuando le estás vistiendo, cambiando el pañal o en el baño, pero es necesario hacerlo de forma natural. Por ejemplo, “ahora voy a enjabonarte el pene”, o “mira tus testículos, vamos a limpiarlos”.
Es necesario que los niños entiendan con naturalidad que esa zona del cuerpo se llama así y punto. Si alguna vez habla en voz alta sobre su pene, habrá que aprovechar el momento para hablar sobre la intimidad y el pudor, y que la zona genital es algo íntimo que nadie puede tocar a excepto de mamá para lavarle o curarle o el médico en caso de que sea estrictamente necesario. Esto ayudará también a tener límites y respeto hacia sí mismos y hacia los demás.
Evita que hayan tabúes en tu hogar alrededor del sexo, esto evita el silencio si existen abusos sexuales…. Y se comienza nombrando a los genitales con el nombre que tienen, ni más ni menos.