Cuando un padre decide todo por y para su hijo, desde su ropa, su comida, a qué escuelas solicitar para estudiar… le quitan el poder de decisión a su hijo. Si el niño no ha experimentado la necesidad de tomar decisiones cotidianas, entonces no sabrá qué tiene que hacer para entrar en la edad adulta.
No será capaz de ser un adulto independiente, puesto que las decisiones que han tomado por él durante su infancia le han hecho convertirse en un ser totalmente dependiente.
Los adultos tienen que ser personas capaces de tomar decisiones propias. Y que además desde decisiones sean acertadas. Sion niño no se la permitido poder tener elecciones o tomar decisiones por sí mismo, no habrá podido experimentar el éxito o el fracaso de sus propias decisiones personales. Es necesario que los niños aprendan de las consecuencias naturales de tomar sus propias decisiones para poder aprender.
Todos los padres quieren lo mejor para sus hijos, Y los padres deben día de ayudar dirigiendo a sus hijos de las decisiones más importantes de su vida. Pero también, debe permitir que tomen decisiones más pequeñas en su vida.
Un niño tiene que aprender a tomar decisiones personales, porque no saber hacer esto puede ser aterrador en el futuro. En este sentido, los padres tienen que comenzar poco a poco a ayudar a sus hijos a que desarrollen las habilidades para tomar decisiones a medida que va creciendo. Por ejemplo, un buen padre no permitirá que su hijo de ocho años se hagan tatuaje pero si le puede permitir que escoja la ropa que ponerse para ir a la escuela.
Es necesario que los padres ayudan a sus hijos a aprender a tomar decisiones a una edad temprana. De esta manera, cuando los niños se conviertan en adultos, ya sabrá tomar decisiones buenas y a aprender de las consecuencias. Todo esto le ayudará a tener preferencias y opiniones personales, pensamiento crítico, y a saber tomar buenas decisiones.