¿Qué es la mastoiditis?

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La mastoiditis es una inflamación o infección del hueso mastoides, una parte del hueso temporal, ubicado por detrás de la oreja.

Esta infección puede presentarse como resultado de la extensión de la inflamación del oído medio a las celdillas mastoideas.

La mastoiditis, por lo general, afecta a los niños que con antibióticos específicos es relativamente escasa y menos peligrosa.

Por lo general, los síntomas aparecen al cabo de dos o más semanas de haberse desarrollado la otitis media aguda, a medida que la infección diseminada destruye la parte interna de la apófisis mastoides. Es posible que se forme un absceso en el hueso. La piel que recubre el hueso mastoideo puede tornarse roja, hinchada y dolorosa, y el oído externo se desplaza hacia un lado y abajo.

  • Secreción del oído.
  • Dolor o molestias en el oído.
  • Fiebre que puede ser alta o incrementarse súbitamente.
  • Dolor de cabeza.
  • Enrojecimiento del oído o por detrás de éste.
  • Hinchazón detrás del oído.

Los síntomas de la mastoiditis pueden parecerse a los de otros trastornos o problemas médicos. En caso de sufrir alguno de estos síntomas, consultar con el médico.

Prevención y cuidado del oído

Para evitar infecciones graves como la mastoiditis, es necesario tratar y curar adecuadamente todos los problemas de oídos, especialmente las otitis medias o recurrentes. Además, es recomendable seguir una serie de pautas en la higiene y protección de los oídos:

  • Para mantener sus oídos limpios, basta con pasar el pico de una toalla o de una gasa humedecida por el pabellón auditivo, sin frotar y sin olvidar la parte de los pliegues detrás de las orejas.
  • La zona interna del oído no se debe limpiar con bastoncillos ni se deben introducir en el conducto auditivo bajo ningún concepto, ya que pueden producir lesiones en la zona y/o provocar una inflamación.
  • La cera de los oídos va saliendo por sí sola; no debe intentar sacarse con nada.
  • Evita que le den corrientes de aire, sécale bien los oídos después de bañarle y abrígale las orejas cuando salgáis de paseo en invierno.
  • Puedes utilizar un difusor de agua marina que permita limpiar tanto el oído externo como el interno de forma delicada y segura. El uso continuado de estos difusores previene de problemas auditivos, como los tapones de cera, y mantiene los oídos sanos.
  • Evita los ruidos fuertes y la televisión o la música muy altas, su audición es más aguda y sensible que la de las personas mayores y podría dañarle.
  • Conviene no mantener los oídos del bebé bajo el agua, pero tampoco sucede nada porque les salpique o les entre un poco.
  • Si el niño tiene una infección de oído es mejor que no vuele en avión, ya que las trompas de Eustaquio aún no funcionan perfectamente y la presión del aire más alta ejercerá fuerza sobre uno de los lados del tímpano ocasionando dolor.
  • Aunque no tenga infección, al volar el niño sentirá más presión que un adulto, por eso es recomendable que al aterrizar y despegar masque chicles o caramelos, beba agua o use el chupete.

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