Soy Asperger y solo quiero que me comprendas

Niño aburrido en la escuela

A día de hoy no existe un censo exacto del número de personas diagnosticadas con el síndrome de Asperger en el mundo. Disponer de este censo sobre el TEA (trastorno de espectro autista) permitiría sin duda tener más recursos y sobre todo, contar con más medios para poder hacer una detección temprana.

El principal problema del síndrome Asperger es que son muchas las personas que llegan a la madurez sin saber que todas sus sensaciones, sus sentimientos y el hecho de «sentirse diferentes» responde no a una enfermedad, sino a un síndrome que con adecuadas estrategias, les posibilitaría sentirse más integrados y hábiles emocionalmente. Hoy es el día del síndrome Asperger y  en «Madres Hoy» queremos hablarte de este tema.

El autismo y el síndrome Asperger son dos trastornos diferentes

Existen muchos falsos mitos alrededor del síndrome Asperger que nos ayudarán a entender mucho mejor su realidad. En primer lugar hay una tendencia a pensar que este síndrome es algo similar a un autismo pero algo más leve, y con altas capacidades. Es común pensar en ellos como en grandes genios pero desconectados emocionalmente.

  • No es cierto. El síndrome de Asperger tal y como nos indica el DSM-V es un trastorno generalizado del desarrollo que cursa de forma diferente al autismo.
  • En el autismo las características suelen ser evidentes ya a partir de los 3 años, en el caso de los niños con Asperger pueden pasar desapercibidos al no tener ningún retraso cognitivo.
  • Los aspectos más evidentes que nos harían poder diagnosticar a una persona con Asperger es su desarrollo social: les cuesta mucho conectar con la gente, utilizan un lenguaje singular y suelen estar muy aferrados a las rutinas a lo largo del día. Todo ello hace que todos estos rasgos sean más evidentes en épocas más maduras.
  • Otra característica singular que nos harán advertir de forma temprana a un niño Asperger es su torpeza motora. Sus movimientos son más lentos, y con menos motricidad fina, pero hemos de tener en cuenta que también podría deberse a un retraso madurativo.

El síndrome de Asperger y el mundo emocional

Asperger

El principal indicio que tendrá una madre, un padre o un educador a la hora de sospechar si un niño puede ser Asperger son sus problemas con el lenguaje y su limitación a la hora de socializarse.

Cuando hablamos de problemas con el lenguaje no nos referimos a limitaciones a la hora de articular, expresar o comprender. Hemos de entender que el lenguaje humano es principalmente emocional, aspectos como la empatía hacen que las personas podamos conectar unas con otras, compartir risas, intuir tristezas, entender ironías…

  • Los niños Asperger suelen presentar muchos problemas a la hora de hacer amigos. El resto de niños suele etiquetarlos como «ingenuos»
  • No acaban de entender el mundo emocional del resto de personas, tampoco sus intenciones. Aparentan una credulidad algo fría, «desconectada» de la realidad.
  • No suelen mantener conversaciones largas, al poco tiempo se distraen, pierden el interés o se alejan dejando a los demás desconcertados.
  • Otro aspecto a tener en cuenta es que suelen ser «muy sensibles». Los olores fuertes, las luces o los sabores algo intensos les ocasiona molestias.

Algo curioso que hay que saber es que algunas personas que llegan a la edad adulta sin conocer que son Asperger han aprendido a adaptarse en contextos sociales de una forma casi admirable. Se limitan a imitar gestos y expresiones emocionales para integrarse. Al cabo de los años desarrollan sus propios salvavidas emocionales para poder llevar una vida más o menos normal.

Los problemas de un diagnóstico tardío

Adolescente triste

Un aspecto que debemos tener en cuenta es que a pesar de que los psiquiatras austriacos Leo Kanner y Hans Asperger describieron por primera vez los cuadros clínicos de los TEA (trastorno de espectro autista) en los años 40, el síndrome de Asperger no apareció en el DSM-V hasta mediados de los años 90.


Esto significa que a día de hoy hay muchas personas que han llegado a la edad adulta sin conocer el origen de su realidad. Si en alguna ocasión les hicieron alguna prueba quedarían descartados por no tener las mismas características que el autismo.

  • Todo ello ha hecho que socialmente, fueran etiquetados como «raros», como «frikis» o como personas con una personalidad extraña.
  • Muchas personas con Asperger presentan alguna característica sobresaliente, como es su habilidad en matemáticas, sus excelente memoria o su capacidad para dibujar. Hemos de tener claro que no «todos los asperger son genios», pero en ocasiones, esta genialidad también les supone un reto personal.
  • Otro aspecto a tener en cuenta es que esta falta de dominio en los aspectos sociales y emocionales les puede dejar muchas cicatrices. Pueden sufrir acoso en los colegios, desprecios en los entornos laborales y a su vez, un gran sentimiento de soledad.
  • El que no sean hábiles emocionalmente no significa que no sientan emociones, esto hay que tenerlo claro. Solo que no las entienden, no las gestionan adecuadamente y ello, puede hacer que respondan mal en ocasiones y muestren cierta agresividad.

El alivio de tener un diagnóstico

Debemos permitir a los niños a tomar decisiones sobre cuándo abrazar o besar a otros

Como madres, como padres, no debemos tener miedo a llevar a nuestros hijos a un especialista para que nos ofrezcan una respuesta en vista de determinados problemas que vemos en el desarrollo de los niños. Lo mejor que podemos hacer por ellos es ofrecerles estrategias tempranas para que crezcan y lleguen a la edad adulta con seguridad, sabiendo qué les ocurre,

  • El diagnóstico es necesario y supone un alivio. Muchas personas que a día de hoy están en la treintena o la cuarentena carecen de él y no saben que el síndrome Asperger responde muy bien a determinadas estrategias psicológicas, y que podría suponerles entenderse mucho mejor.
  • El Asperger no es una enfermedad, es una neurodiversidad que no se cura: se trata atendiendo a la persona de forma individual, porque no todos los asperger son iguales ni están en el mismo espectro.
  • Acudir a terapias para reforzar la empatía y la integración social es indispensable, y cuanto antes empecemos mucho mejor. Enseñarles a entender su realidad a salir de su desconocimiento emocional para entender a quien tienen en frente y poder integrarse y relacionarse es un modo efectivo de propiciar felicidad, autoestima y autocompresión.

Para concluir, hoy es el día del síndrome de Asperger, y por ello, es necesario que dejemos a un lado los falsos mitos: no es una enfermedad, ni los asperger son robots carentes de emociones. Las tienen y sufren como cualquiera de nosotros si somos rechazados. Solo necesitan ser entendidos y ofrecerles cercanía y las mismas oportunidades que le daríamos a cualquier otra persona.


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