Llegó la época de piscina y playa, donde los niños se ven expuestos al agua. Algunos niños son más atrevidos y parece que no tienen miedo, y en cambio otros escapan de ella sin ningún motivo aparente. Es algo mucho más normal de lo que parece. Os dejamos unos consejos para ayudar a superar el miedo al agua en niños.
A pesar de que algo de miedo es algo necesario para que tengan respeto con el agua y así evitar accidentes, los niños necesitan saber desenvolverse en el agua. El miedo y rechazo que sienten algunos niños por al agua puede impedir que lo consigan, y les puede privar de disfrutar del verano.
En nuestra mano está la relación que nuestros hijos tendrán con el agua.
Miedo al agua en niños
Cada vez son más padres los que llevan a sus bebés desde pequeños a la piscina. Esto ayuda mucho, ya que los bebés tienen un reflejo involuntario donde cierran la glotis para no respirar bajo el agua. Esto les ayuda a relacionarse de forma adecuada con el agua.
En caso de que esto no fuera posible, los niños se ven expuestos al agua en verano, en las playas y piscinas. os dejamos 8 consejos para ayudar a los niños a superar el miedo al agua y que puedan disfrutar del agua este verano.
No le fuerces
Nunca hay que forzar al niño a entrar sumergirse en el agua. Aunque creas que es divertido, que le estás ayudando y que así verá que no pasa nada, no lo hagas. Hacer esto es de lo más contraproducente que hay. Meterse en el agua no es una obligación. Al niño tiene que apetecerle, tiene que salir de él.
No le castigues ni te enfades
Tampoco le castigues ni te enfades con él o su relación con el agua empeorará. Ten paciencia, cada niño tiene su ritmo y debes seguirlo. El agua debe estar relacionado con pasarlo bien y disfrutar, y si le castigan por no meterse en el agua se convertirá en una obligación.
Adaptación progresiva
El contacto con el agua debe ser de forma progresiva, es decir, poquito a poco. Primero se le puede poner en una piscina hinchable en el jardín con poca agua (adaptada según su edad) con sus juguetes.
En la playa escoge un lugar tranquilo para jugar con él en la orilla del mar a saltar olas, jugar a la pelota… Se le puede ir mojando los pies con un cubito, avisándole antes, y que él te moje también. Después de los juegos seguramente sea él el que pida acercarse al agua. Aunque olvídate de que la meta no es aprender a nadar, si no jugar y pasarlo bien. El resto ya vendrá.
Debe ser una aproximación poco a poco para que el niño vaya perdiendo el miedo progresivamente, totalmente a su ritmo. Según el niño este proceso tardará más o menos. Cuando coja confianza él mismo querrá ir un poco más allá.
Darle apoyo instrumental
En el mercado existen varios instrumentos de seguridad para el agua como manguitos, flotadores, churros. Deben estar adaptados para la edad del niño y que se vaya relacionando con ellos. Así tendrá más seguridad, al ver que le ayudará a flotar. Que elija lo que más seguridad le proporcione o también puede que no quiera ninguno.
Nunca le dejes solo
Siempre tiene que haber presente un adulto para que pueda reaccionar en caso necesario, y así evitar cualquier problema y que le coja más miedo todavía.
Adaptación a la temperatura
El agua fría no suele ser una gran atracción y puede llegar a asustarles. Es mejor ir empezando primero con agua tibia para que se vaya adaptando.
Reconocimiento
Felicítale sus avances. Tampoco hace falta que se le haga una fiesta, pero si unas palabras de apoyo y ánimo, unos abrazos y besos. No hace falta más.
Paciencia
La relación que establezca con el agua será fundamental para su futura relación de adulto. Hay que tener mucha paciencia y calma. Cada niño marcará su propio ritmo.
Por qué recuerda… no por correr más se llega antes.