Ser padre es un trabajo difícil, y los hijos merecen nuestro apoyo mientras se esfuerzan por hacerlo lo mejor posible cada día de sus vidas. Los nuevos padres son especialmente vulnerables a cualquier sugerencia de que deberían haber hecho algo diferente. Además, los abuelos no siempre saben lo mejor. Los abuelos más honestos generalmente admitirán que, en ocasiones, cuando no estuvieron de acuerdo con la decisión de los padres, a veces se equivocaron.
Ser indirectamente crítico puede ser dañino también. Las observaciones imprecisas o las bromas humorísticas pueden hacer que un padre vulnerable se sienta mal. Las comparaciones también pueden ser muy dolorosas. Nunca compares el rendimiento o desarrollo de un nieto con el de otro niño.
Cuando los abuelos además de ser demasiado críticos no pueden decir que no, también puede suponer un problema en la relación. El derecho de un abuelo a consentir a sus nietos está firmemente instalado en nuestra cultura, pero los que son razonables saben que existen límites. Un abuelo que no puede decir no a sus nietos dejarán a sus padres en un mal lugar.
Los abuelos deben decir que no cuando los nietos solicitan algo que sus padres no permiten, ya sea un dulce, un regalo o una hora extra de televisión. Los abuelos deberían decir que no cuando los nietos piden algo que pueda dañar su salud o seguridad. Cuando se trata de comprar un regalo solicitado, a veces los abuelos deben decir que no. Aun así, ¡habrá muchos momentos para ellos digan que sí a los nietos! Solo es necesario hablarlo primero con los padres para que se vaya siempre en la misma línea educativa y de flexibilidad. Además, los abuelos pueden ser algo más flexibles que los padres en ciertas circunstancias, siempre y cuando lo hayan hablando antes con los padres.