Después de ser madres toda nuestra vida cambia. Tenemos un bebé que nos absorbe todo el día y nos encontramos con que solo tenemos tiempo para ocuparnos de él. Su cuidado no nos deja ni un momento para pensar en nada y nuestro estado de ánimo no pasa por su mejor época, así que parece casi imposible plantearse el volver a nuestra rutina anterior, pero pasado un tiempo tenemos que volver poco a poco a nuestra vida normal y eso incluye reiniciar las relaciones íntimas con nuestra pareja…
¿Cuándo es el mejor momento para reiniciar las relaciones sexuales?
De repente nos asaltan todo tipo de dudas: ¿Cuándo reiniciaremos las relaciones sexuales? ¿Hay una fecha concreta? ¿Cómo sé si estoy preparada?
Aunque tradicionalmente se habla de la “cuarentena”, relacionado también con las semanas de baja maternal que se considera obligatorio disfrute la madre para su recuperación, la mayoría de los expertos recomiendan esperar al menos un mes o hasta que dejemos de manchar. Pero si algo es importante es que la madre se encuentre recuperada tras el parto y con ánimo, porque seguramente no será fácil; notarás molestias en la zona vulvar, sobre todo si han tenido que darte algún punto. En este caso sentirás tirantez en la cicatriz; también es frecuente la sequedad vaginal que se produce en el posparto (incluso si te han hecho una cesárea) y que es más llamativa si das lactancia materna.
¿Por qué ocurre? Porque la prolactina es una hormona que asegura la secreción de leche e impide la ovulación. La prolactina mantiene niveles muy altos en este momento, produciendo un efecto en cadena que dificulta que se sinteticen otras hormonas, dando lugar a sequedad vaginal y menor apetito sexual. De esta manera, la prolactina prioriza la alimentación del recién nacido y puede afectar la producción de leche. La prolactina prioriza la alimentación del recién nacido: si no hay un óvulo disponible no puede haber embarazo y, si hay falta de deseo, puede haber menos relaciones y por tanto menor probabilidad de un nuevo embarazo.
Por si todo esto no fuera suficiente, notarás que las mamas estarán repletas de leche, con lo que pueden molestar y expulsar parte de esa leche durante el acto sexual. Y cuando por fin encontremos el momento, el bebé puede dar por concluida su siesta o tener un hambre feroz, con lo cual, posiblemente, habrá que posponerlo más de una vez. Algunas estrategias útiles son usar lubricantes de base acuosa, realizar una extracción o toma previa para aliviar la congestión mamaria, elegir posturas cómodas y dedicar tiempo a los preliminares para favorecer la lubricación.
Lactancia como método anticonceptivo (MELA)
La lactancia puede actuar como método anticonceptivo natural gracias a la prolactina. Este método se conoce como MELA (método de la lactancia y la amenorrea). Sin embargo, para que sea relativamente fiable debe cumplir requisitos estrictos:
- Exclusiva: sin fórmula ni otros alimentos ni líquidos.
- A demanda: tomas frecuentes de día y de noche. Lo habitual es que no pasen más de 4 horas por el día ni más de 6 por la noche entre tomas.
- El estímulo debe ser del bebé al pecho (no solo sacaleches), ya que así se mantiene más la prolactina.
Incluso cumpliendo todos los criterios, el MELA solo es una opción temporal. Su utilidad práctica suele limitarse a los primeros meses de lactancia exclusiva y pierde eficacia en cuanto aparece la menstruación o se inicia la alimentación complementaria. Además, es imposible saber con certeza cuándo se producirá la primera ovulación tras el parto, por lo que se recomienda añadir un método anticonceptivo adicional si no se busca un nuevo embarazo.
¿Cómo puedo evitar otro embarazo?
Pero cuando, por fin, volvemos a conseguir mantener relaciones sexuales de forma regular, nos asaltan las dudas: ¿Me puedo quedar embarazada de nuevo? ¿Qué método anticonceptivo es compatible con la lactancia? ¿Cuál es el mejor? Hay diferentes opciones, aunque no todos los anticonceptivos son igual de seguros:
- Lactancia materna como anticonceptivo: ya hemos hablado de las propiedades de la prolactina. Si la lactancia es exclusiva y a demanda al principio impedirá la ovulación. Puede funcionar durante un tiempo, pero no evitará la ovulación de forma indefinida, por lo que el riesgo de quedar embarazadas de nuevo es elevado. Además, nunca sabremos cuándo se produce esa ovulación, pues no hay un síntoma claro. Como referencia práctica, si la lactancia deja de ser exclusiva, si se espacian más las tomas o si reaparece la regla, el MELA deja de considerarse válido. Por ello, si no se busca un nuevo embarazo, se recomienda añadir otro método.
- Métodos de barrera: fundamentalmente el preservativo. Son fáciles de utilizar, no producen efectos secundarios y no requieren consulta previa, así que suelen ser la primera opción, al menos hasta decidir un método a más largo plazo. Otros de barrera, como diafragma o capuchón cervical, se recomiendan a partir de las 6 semanas posparto para dar tiempo a la recuperación del tracto reproductor y, si ya los usabas antes, puede que necesiten nuevo ajuste de talla. Los espermicidas por sí solos son menos eficaces, por lo que no se recomiendan como método único.
- Métodos naturales: se necesita entrenamiento previo para poder utilizarlos. Si no has practicado antes la observación del moco cervical y otros signos, es difícil distinguirlos ahora, y el puerperio altera la regularidad. Incluso con ciclos normales hay falsos positivos o negativos, por lo que el posparto no es la mejor época para empezar a usarlos si se desea una alta seguridad.
- Dispositivo intrauterino (DIU): debe colocarlo un especialista. Es un método de medio y largo plazo. Existen DIU de cobre (no hormonal) y DIU con levonorgestrel (hormonal), ambos compatibles con la lactancia. Su colocación puede realizarse en diferentes momentos: inmediatamente tras el parto (con mayor probabilidad de expulsión), o preferiblemente a partir de las 6 semanas, cuando el útero ha recuperado su tamaño. La inserción y retirada son rápidas y no requieren preparación especial. La duración depende del modelo y puede ser de varios años, con la ventaja de que se puede retirar cuando se desee buscar embarazo.
- Métodos hormonales: los anticonceptivos basados en progestágenos son seguros durante la lactancia tanto para el bebé como para la mamá y no disminuyen la producción de leche. Existen diferentes vías: comprimido diario (minipíldora), implante subcutáneo y inyección periódica. El inicio puede variar según el método y el criterio clínico; durante las primeras 6 semanas posparto se suele priorizar la barrera, y después valorar el método hormonal de solo gestágeno más adecuado. Los combinados con estrógenos (píldora combinada, parche o anillo) se desaconsejan en el inicio de la lactancia porque pueden reducir la cantidad de leche; estos, si se valoran, se suelen posponer y siempre bajo supervisión profesional.
- Métodos definitivos: consisten en intervenciones quirúrgicas, en el hombre o en la mujer, para lograr la anticoncepción de forma permanente. En la mujer, la ligadura de trompas puede realizarse también en el contexto de una cesárea, con consentimiento previo. En el hombre, la vasectomía es una opción con recuperación rápida. Solo son apropiados si existe decisión firme de no tener más descendencia.
Es importante que elijas el método que más se adapte a tus necesidades, que te resulte más cómodo y que te permita planificar el siguiente embarazo cuando tu pareja y tú lo prefiráis. En caso de duda, consulta con tu ginecólogo o matrona para definir el mejor momento de inicio y detectar posibles contraindicaciones individuales.
Anticoncepción de emergencia en la lactancia
En ocasiones, puede ser necesario recurrir a un método de emergencia (p. ej., rotura de preservativo). Las opciones basadas en levonorgestrel son compatibles con la lactancia. Algunas formulaciones pueden requerir medidas sencillas como dar una toma justo antes y, en determinados casos, espaciar la siguiente durante unas horas según la ficha técnica. Si se valora otra molécula, sigue siempre las indicaciones de tu profesional y revisa fuentes actualizadas de compatibilidad con la lactancia. En cualquier caso, cuanto antes se tome el anticonceptivo de emergencia, mayor será su eficacia.
Preguntas frecuentes rápidas
- ¿Puedo usar parches anticonceptivos? Los parches suelen ser combinados (con estrógenos) y se evitan durante la lactancia por su potencial impacto en la producción de leche. Si se consideran más adelante, debe ser con valoración profesional.
- ¿Cuándo puedo usar diafragma o capuchón? Tras unas 6 semanas y, si los usabas previamente, conviene reajustar la talla.
- ¿Cuándo vuelve la fertilidad? Puede regresar antes de la primera menstruación. Por eso, incluso con amenorrea, conviene usar un método adicional si no deseas embarazo.

Consejos prácticos para retomar la sexualidad en el posparto
- Tiempo y comunicación: valida lo que sientes y habla con tu pareja. Volver a conectar de forma gradual ayuda a recuperar la intimidad.
- Lubricación: usa lubricantes de base acuosa o silicona para aliviar la sequedad vaginal típica por la prolactina.
- Confort mamario: una toma o extracción previa reduce la tensión y posibles escapes de leche.
- Posturas: elige posiciones con control del movimiento y sin presión abdominal o perineal si hubo puntos.
- Señales de alerta: si hay dolor persistente, sangrado abundante, mal olor o fiebre, consulta para descartar complicaciones.
También es útil recordar que, según estudios observacionales, muchas mujeres retoman su deseo sexual entre las primeras semanas y los primeros meses del puerperio; sin embargo, ese ritmo es variable y no hay un calendario único. Lo importante es priorizar tu bienestar y optar por métodos seguros y compatibles con tu lactancia y tus objetivos reproductivos.
La incertidumbre sobre el retorno de la ovulación en el posparto, el desconocimiento sobre la eficacia real del MELA fuera de sus requisitos estrictos y la creencia extendida de que la amenorrea implica infertilidad explican por qué los especialistas recomiendan elegir un método adicional. Entre las alternativas, el preservativo destaca por su seguridad y protección frente a ETS, el DIU (cobre u hormonal) ofrece una solución de larga duración y los anticonceptivos solo con progestágeno (minipíldora, implante, inyección) son compatibles con la lactancia. Evita estrógenos en las primeras fases y consulta la ventana más adecuada para iniciar cada método. Y si ocurre un imprevisto, la anticoncepción de emergencia es una herramienta adicional que puede usarse en este periodo con las precauciones descritas.