Ayudar a un hijo a superar las burlas por llevar algo diferente

superar las burlas

Cuando un niño sufre burlas por llevar algo diferente (como gafas, aparato en los dientes, o cualquier otro elemento necesario para su físico) es importante que los padres vean siempre el problema desde el punto de vista del niño. Es muy importante que si un niño está recibiendo burlas en la escuela por llevar gafas u otro elemento, los padres se sienten a su lado y escuchen atentamente lo que ocurre sin juzgarle. Es necesario que tu hijo te describa las burlas, dónde sucede, quién las realiza y qué es lo que ocurre después. Tu hijo debe sentirse comprendido y que sus sentimientos son importantes.

Puedes explicarle algunas experiencias similares tuyas o de alguien conocido de cuando eras pequeña. Lo ideal es tener en cuenta algunas estrategias como no reaccionar exageradamente, transmitirle el mensaje de que la situación se puede manejar, anima a tu hijo a que esté con niños que le hagan sentir bien y no mal y sobre todo, revisa tu propio comportamiento. Pero además de todo esto es buena idea tener otros aspectos en cuenta.

Las burlas no se pueden eliminar

Como padre o madre es normal que quieras eliminar las burlas por completo e incluso que se despierten en ti sentimientos negativos hacia los niños que se burlan y hacia sus padres por no enseñarles bien, pero esto no tiene que ser así y no hay que juzgar a los otros. Las burlas no se puede eliminar, ni tú ni tus hijos podéis controlar lo que otros niños piensan, dicen o hacen. Sin embargo, es necesario que los niños aprendan a controlar sus propias acciones, y para ello es tu deber enseñarles estrategias simples que les permitan a los niños reducir esos sentimientos de impotencia.

Cuando los niños se dan cuenta de que existen estrategias efectivas para poder manejar las situaciones con burlas, podrán hacerles frente con mayor facilidad. Si tu hijo tiene gafas, aparato en los dientes, una prótesis o cualquier otro elemento que le hace «diferente» al resto, no entres en pánico, eso no marcará su vida para siempre. Es más, las burlas pueden ser una oportunidad de crecimiento si le ayudas a ir más allá de esa herida emocional. Cuando tu hijo aprenda a ignorar las burlas, ya no tendrán poder sobre él y desaparecerán.

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Explica a tu hijo por qué lo lleva

Primero deberás explicar a tu hijo por qué lleva gafas, aparato en los dientes o cualquier otro elemento y dile que eso es algo normal y que está bien. Además, deberás ser breve para que no note que tiene demasiada importancia las burlas, dile cosas como que las gafas le sientan muy bien, que gracias al aparato tendrá una sonrisa envidiable en poco tiempo, etc.

No ignores sus sentimientos

Es necesario que no ignores sus sentimientos, es decir… si las burlas le duelen, también te duelen a ti. Pero intenta desviar la atención a otra cosa para que no le dé demasiada importancia. Si le das demasiada importancia, tu hijo también lo hará. Enséñale una estrategia, si tienes una mascota hazle una burla para que vea qué hace tu mascota: lo ignora, ¿por qué? Porque no lo entiende. En este sentido, tu hijo debe aprender a ignorar las malas palabras de los niños que se burlan y cuánto más lo ignore, cuánta más indiferencia muestre… antes cesará todo.

La importancia del diálogo interior

El diálogo interior tiene mucho poder en los niños pequeños (y en las personas adultas). Anima a tu hijo a pensar en lo que puede decirse a sí mismo cuando están en una situación de burla. Por ejemplo, podría decirse cosas como: «Aunque no me gusta lo que me está diciendo, puedo manejarlo», «Sus palabras no pueden hacerme daño», «Soy más fuerte que todo lo que me está diciendo», «Su opinión no es importante para mí». También es importante que piense en sus cualidades positivas para contrarrestar los comentarios negativos.

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Responder con humor

En ocasiones hacer caso omiso no funciona con niños que se burlan e insisten demasiado en seguir haciendo daño, por lo que puedes enseñar a tu hijo a responder con humor. Puede sonreír y decir algo así cómo: «Sí, la montura de mis gafas me encanta», «Dentro de unos años tendré unos dientes de anuncio», etc. Al reconocer la burla como una broma y no como algo dañino, le estará quitando el poder al niño que se burla. Ahora el burlón tendrá que encontrar otra forma de burlarse, pero ya no tendrá efecto.

Aunque si esto no lo quiere hacer tu hijo, también puede decirle cosas básicas como: «Déjame en paz» y que se aleje después de decirlo para que no haya confrontación. Además es importante que siempre vaya acompañado.


Llévalo tú también

Quizá tu hijo tiene gafas, pues ¿por qué no te pones también una montura de gafas y dejas que en la escuela te vean todos con ellas? ¿Tu hijo tiene aparato? ¿Por qué no te pones un aparato que no sea para corregir nada de forma temporal sólo para que todos vean que no pasa nada? Busca la forma de que tu hijo vea que no es malo y que no hay que tener miedo a las críticas o palabras de los demás, lo que importa es la fuerza interior de cada uno.

Busca ejemplos

Otra idea es encontrar ejemplos de niños famosos que lleven gafas u otros elementos que les hacen diferentes, aunque no es necesario que sean famosos, pueden ser cualquier niño de cualquier país que esté pasando por su misma situación o que ya la haya pasado y que lo haya vivido como una parte de crecimiento y superación personal. También puedes escoger personajes de ficción o buscar historias por Internet para mostrarle. A veces, tener esos ejemplos de superación puede ayudar a los niños a hacer frente a estas situaciones.  

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La búsqueda de un adulto

Cuando las cosas se ponen demasiado tensas o si tu hijo se siente muy mal en algún momento, deberá buscar el apoyo de un adulto para que ayude a manejar esta situación desde la Inteligencia Emocional.

Todas estas estrategias pueden servir para cualquier niño que sufra burlas en la escuela.


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  1.   Cori dijo

    Mi niña de seis años tuvo que empezar a llevar gafas y parche este otoño. Tiene un problema de visión importante en un ojo que no detectamos a tiempo y de la noche a la mañana se encontró con su ojo bueno tapado y unas gafas muy gruesas con las que apenas veía a dos pasos. Estrenó las gafas un viernes por la tarde, después del cole y cuando le pusimos el parche ya nos dimos cuenta de que no veía apenas nada y que le iba a resultar muy duro incorporarse al colegio el lunes. Mi marido y yo lo hablamos y el lunes por la mañana la acompañé a clase y pedimos permiso a la maestra para explicar a la clase lo que le pasaba. Les contamos que ese ojo apenas veía y que para espabilarlo necesitábamos tapar el otro que aunque las gafas ayudaban todavía no veía demasiado bien con ellas e iba a necesitar sentarse en primera fila y un poco de ayuda con algunas cosas, como bajar escaleras agarrada al pasamanos. Después llevamos una caja de parches y les invitamos a ponerse uno y a probarse las gafas de Carolina para que se dieran cuenta de lo mal que veía y lo importante que era seguir el tratamiento. Fue un éxito total, nadie se ha metido con ella y todos querían ayudarla, los niños reaccionan muy bien cuando confías en ellos. Para eso son peor los adultos, mi madre cuando la vio con las gafas dijo delante de ella que vaya pena que tuviera que llevar ese culo de vaso, nosotros intentando ser positivos y diciéndole lo guapa que está con las gafas y va la abuela y le dice que son de culo de vaso.