Educar en positivo puede que no sea tan sencillo como nos imaginamos, pero con unas buenas claves, todo se puede conseguir. Este tipo de enseñanza deja de lado las imposiciones, los gritos y los castigos para que los padres y madres puedan empatizar más y mejor con sus peques. Sino que se establecen una serie de normas pero siempre con un reforzamiento positivo.
Sí, puede parecer un tanto lioso pero cuando demos paso a las claves, verás que no lo es tanto. Debemos tener un poco de paciencia y ser siempre muy cercanos con nuestros hijos, de manera que se favorezcan las conductas más apropiadas y las que realmente queremos ver en ellos. ¿Quieres conocer las mejores claves que te ayudarán en la educación?
Ponte en su lugar y escúchalos
En ocasiones tendemos a adelantarnos a las circunstancias y a levantar la voz antes de tiempo. Pero eso no funciona cuando queremos educar en positivo. En este caso lo que tenemos que hacer es tener una gran empatía con ellos, es decir, ponernos siempre en su lugar aunque a veces sea complicado. Pero es una de las mejores vías para que se sientan cómodos y que nosotros sepamos más de cerca lo que les conviene.
Además de esto, debemos escucharlos en todo momento. Primero escuchamos y después valoramos o damos los pasos que debemos. Es muy importante que conozcamos qué es lo que realmente les preocupa o lo que les tiene tan inquietos. Por eso es de vital importancia que estemos siempre a su lado, pero acompañándolos con mensajes muy positivos.
Cambia el ‘No’ por las expresiones positivas
Es muy habitual decirles ‘No hagas eso’, pero realmente cuando hablamos del educar en positivo, tenemos que cambiar la negación. Esto no implica el dejarles hacer lo que quieran, porque también habrá unas normas pero desde otro punto de vista. En lugar de usar la negativa como por ejemplo: ‘No chilles’, podemos hacer el cambio positivo hacia ‘habla más bajo’. En el lenguaje y en la entonación del mismo también está la importancia de la enseñanza y siempre debemos hacerlo en un tono correcto y equilibrado.
Siempre con límites
Ya antes mencionamos, que aunque lo parezca, la educación en positivo también tiene unos límites y unas normas. Pero quizás estas no son tan impuestas como las que conocemos habitualmente. De manera que los límites se pueden marcar pero sin que suenen o se vean tan autoritarios. De manera que hay que establecer una serie de normas pero desde la empatía y el cariño, dejando de lado la negatividad, los gritos o de esas órdenes llevadas a rajatabla. Podemos decir que hay un trabajo en equipo, aunque es cierto que la ‘autoridad’ se establece en los ojos de los más peques y saben que viene de sus padres o madres.
Animarlos, premiando siempre el esfuerzo
No debemos recompensarlos solo cuando alcanzan el éxito, sino acompañarnos y animarlos durante todo ese trayecto o camino hacia dicha resolución. Animarlos en todo momento hace que se sientan protegidos, con más motivación y desde luego esto hará que lleguen a la meta con un esfuerzo tras de sí pero con muchas más ganas. Es una forma perfecta para poder hacer que consigan sus objetivos de un modo más sencillo. Los estaremos educando ofreciéndoles confianza en sí mismos y esto, es algo que les beneficiarán en su vida futura.
Ayúdale a ser resolutivo
Es frecuente que los pensamientos negativos ronden su cabeza, pero tenemos que hacerles ver que siempre habrá una salida. Por eso, cuando crean que no van a poder, dales alternativas. Es una manera de cambiar lo negativo por lo positivo y atraer esto último a sus vidas. Si se equivocan en algo, no seas de las personas que encima les riñe por eso, sino que se debe buscar un nuevo camino, una resolución de conflictos para que puedan pensar en positivo. Es otra de las grandes claves para educar en positivo y para que la apliquen a su vida en un futuro.