Nos ha tocado vivir en una época en la que la ciencia y la tecnología avanzan a pasos agigantados. Por eso, es importante que nuestros hijos adquieran conocimientos y herramientas que les permitan desenvolverse en un entorno en el que estas materias adquieren cada vez mayor importancia. Además, el conocimiento científico, ayuda a desarrollar el espíritu crítico, a resolver problemas, a estimular el razonamiento, la lógica y la creatividad.
Sin embargo, para muchos niños las clases de ciencia son difíciles o aburridas. Normalmente se suele asociar la ciencia a teorías complejas, fórmulas , ciclos, ecuaciones y problemas irresolubles. Pero nada más lejos de la realidad, el problema no son las materias en si, sino la metodología empleada para su enseñanza.
¿Cómo despertar el interés por la ciencia en los niños?
La ciencia puede resultar muy sencilla y divertida. Solo tenemos que aprovechar la curiosidad natural de los niños y los recursos disponibles a nuestro alcance. Desde muy pequeños, los niños se interesan por todo lo que les rodea. A medida que crecen, van tocando, experimentando y preguntando. Son investigadores por naturaleza ya que conocer el entorno y su funcionamiento es, además de interesante, necesario para garantizar la supervivencia.
Esta curiosidad innata, puede ayudarnos a despertar el interés por las ciencias, mediante la realización de experimentos sencillos y con materiales de uso cotidiano o fácilmente asequible. Si además, relacionamos el conocimiento científico con fenómenos de la vida real, el interés será aún mayor para ellos.
¿Cómo puedes acercar a tus hijos a la Ciencia?
Experimentando
No hace falta que tengas un laboratorio en tu casa. Ni siquiera que compres aparatos, ni materiales específicos. Hay multitud de experimentos que puedes hacer con material casero o muy fácil de conseguir. Prueba a experimentar con agua, globos, velas o incluso alimentos. En internet hay miles de ideas para llevar a la práctica, no obstante, en próximas entradas publicaré algunos experimentos muy fáciles y divertidos.
Cocinando
La cocina es un excelente laboratorio. En ella los niños pueden tocar, mezclar y observar muchos fenómenos físicos, químicos y biológicos. Pueden además experimentar sabores y texturas. Mezclar sustancias, jugar con los alimentos, preparar disoluciones y observar la solubilidad de distintos productos, ver qué objetos flotan y cuáles no.
Acciones tan sencillas como preparar un café, hervir agua, poner hielo en una bebida o freír un huevo, nos pueden servir para explicar lo que es una disolución, los cambios de estado de la materia o la desnaturalización de las proteínas.
Regala Ciencia
Puedes aprovechar algún cumpleaños o regalo de navidad para regalarles a tus hijos algún aparato científico. Seguro que les encantará ver todo lo que se oculta a simple vista con un microscopio. U observar el cielo con un telescopio. Unos prismáticos para observar aves o una guia para identificar plantas o animales, son también excelentes regalos para hacer la ciencia bastante más atractiva.
Visitando los mercados locales
Los mercados son un excelente campo de trabajo. En ellos se pueden observar frutas y verduras de temporada, especias, distintos peces y crustáceos. Los pequeños pueden aprender a diferenciarlos visualmente, los mayores pueden hacer trabajos más elaborados apuntando y dibujando lo que ven, sus características, las zonas en las que se encuentran… .
Museos, centros de interpretación, exposiciones, etc
Aprovecha los fines de semana o las vacaciones para hacer visitas con tus hijos a museos, exposiciones o centros de interpretación. Puede ser que a primera vista a los niños no les resulta muy atractiva la idea, pero seguro que cambian de idea en cuanto vean todos los recursos y talleres que ofrecen estos lugares.
Salidas a la naturaleza
Aprovecha para dedicar un día a la ciencia en familia haciendo una salida a algún entorno natural. Podéis salir al campo con la lupa para observar insectos o los prismáticos para observar aves. reconocer especies animales y vegetales, clasificar flores u hojas. En la playa podéis observar las mareas, las adaptaciones de animales y plantas al medio salado, bucear, clasificar conchas…. . La naturaleza ofrece multitud de oportunidades para que tus hijos se conviertan en pequeños científicos.
Libros, juegos y colecciones
Hay muchos libros, colecciones y juegos sobre diversos temas relacionados con la ciencia . Y, como no, viviendo en la era de la tecnología, recurrir a los medios audiovisuales e interactivos es una manera bastante fácil de acercarse al mundo científico y que a casi todos los niños les gusta.
Deja que tus hijos vivan la ciencia en lugar de contársela.
A los padres suele resultarnos muy tentador dar soluciones y respuestas. Pero para vivir la ciencia los niños deben observar, experimentar, hacerse preguntas, buscar respuestas, formular hipótesis y sacar conclusiones. No tengas miedo a que se equivoquen. A fin de cuentas, la vida es ensayo y error.
Estos son solo algunas ideas de entre las miles de posibilidades que tenemos a nuestro alcance para divertirnos con la ciencia. Como ves, no hace falta tener un laboratorio, ni materiales e instrumentos complicados. Nuestro laboratorio puede ser la vida misma, el entorno que nos rodea y los fenómenos que en él suceden. Tenemos en nuestro día a día, muchas oportunidades para aprender ciencia.
En próximas entradas os contaré cómo podemos estudiar ciencia en diversos entornos y algunos experimentos sencillos que podemos llevar a cabo con materiales presentes en el hogar o fáciles de encontrar en nuestras tiendas habituales.