Cuando un niño no duerme lo suficiente puede hacer que existan otros problemas al día siguiente como tener un estado emocional irritable la mayoría del tiempo. Las rabietas o un mal comportamiento es lo más habitual en estos casos. Dormir es imprescindible para la salud de los niños y también para la salud familiar. Por este motivo es tan importante establecer buenos hábitos de sueño con tu hijo pequeño, y cuanto antes comiences, mejor será para todos.
Son muchos los padres que no se dan cuenta de que permiten malos hábitos en sus hijos e incluso fomentan que puedan haber problemas para que sus pequeños duerman bien por las noches. Cuando los malos hábitos del sueño se desarrollan puede ser más complicado hacer cambios aunque no es imposible y cuando se consigue, merece la pena. Será más fácil para los niños y para los padres que existan reglas básicas y rutinas que se relacionen con el sueño y así que se eviten problemas más tarde.
Las asociaciones del sueño en niños pequeños
Una asociación del sueño es lo que tu hijo conecta para ir a dormir, ya sea un peluche, que le cantes o que le mezas. Es decir, puede ser un objeto o una acción. Los niños comienzan a establecer asociaciones de sueño muy pronto en su vida, si tu hijo se acostumbra a quedarse dormido con un biberón o le cantas para dormir, necesitará esa asociación cada vez que quiera dormir.
Algunas asociaciones del sueño son saludables como establecer una rutina para la hora de ir a la cama, de esta manera el cuerpo y la mente están listos para descansar. Los padres pueden darle a su hijo un baño caliente, ponerse el pijama, cenar, lavarse los dientes, leer un cuento juntos, apagar las luces, cantar una canción y los niños ya saben que ha llegado la hora de dormir.
Por otra parte, otras asociaciones del sueño pueden crear problemas, si un niño pequeño necesita tomar un biberón para quedarse dormido, al principio puede parece algo bueno, pero después, no será algo positivo porque podría provocar caries o tomar calorías que no necesita. También puede ser que el que te acuestes en el dormitorio de tu hijo es la única forma de que se quede tranquilo y dormido y tienes que esperar a que se duerma para poder marcharte del dormitorio, algo que a la larga puede provocar estrés en los padres.
Los padres deben considerar si una asociación del sueño está afectando adversamente al sueño de su hijo, al de otro miembro de la familia o a las rutinas familiares en general.
Asociaciones negativas en el sueño
Resolver los malos hábitos de sueño en los niños no es nada fácil, pero no es imposible. Una vez que resuelve el niño podrá dormir bien y todos los miembros de la familia descansarán mejor. Antes de comenzar, tendrás que asegurarte de que todos los cuidadores de un mismo hogar saben qué deben hacer en cuanto a la situación de sueño del menor.
Después se deberá modificar la percepción de quién está a cargo de esta situación. Los padres de niños pequeños a menudo se quedan atrapados, sobre todo cuando uno de los padres cede a las rabietas o al mal comportamiento persistente para poder conseguir la asociación negativa.
Aunque a veces parezca imposible controlar a los niños pequeños, es necesario que los padres establezcan límites y rutinas en cuanto a los horarios del sueño. Los padres fallan a sus hijos cuando se les permite hacer lo que quieren solo porque tienen una rabieta… piensan que están solucionando el problema porque se evita un conflicto pero en realidad, están provocando que en el futuro existan conflictos mucho mayores.
Solucionar las asociaciones negativas en el sueño
Existen algunas formas en las que los padres pueden intentar solucionar las asociaciones negativas del sueño en sus hijos. A continuación vamos a darte algunos consejos para que lo tengas en cuenta y puedas desde hoy, mejorar la higiene del sueño de toda la familia:
- Ten un plan de rutinas del sueño
- Establece una rutina para ir a dormir y conviértelo en un hábito
- Mantén las luces bajas y las voces silenciosas mientras va llegando la hora de ir a dormir
- Permite que tu hijo pequeño escoja un cuento, un pijama y un animal de peluche como parte de la rutina.
- Permitir que los niños tomen decisiones a la hora de acostarse, incluyendo qué ponerse y qué rituales seguir, les ayuda a sentir que tienen más control sobre la situación.
Conseguir que un niño duerma solo
Si un niño pequeño se resiste a dormir solo, dile que tiene que quedarse en su cama y dormir… tienes que decírselo de manera firme. Una vez que un padre o una madre ha establecido una expectativa, es necesario dar las buenas noches y salir de la habitación. Si no sabes cómo comenzar a hacer esto, sigue estos consejos:
Mantén una buena comunicación. Es posible que tu hijo se sienta inseguro o llore cuando te vas, pero tienes que asegurarle verbalmente que estás cerca y que debe quedarse en la cama. Si se levanta tendrás que llevarle de nuevo y meterle en la cama. Haz esto sin hablar, sin discutir ni enfadarse. Tu hijo necesita escuchar en tus palabras un tono tranquilo y no tensar la cara ni la postura. Es posible que te ponga a prueba, si esto sucede, vuelve a llevarle con todo tu cariño a la cama.
Permanece tranquilo pero sé persistente. Si tu hijo pequeño te sigue hasta fuera de la habitación intenta sentarte en el sueño o en una silla dentro de la habitación, estar cerca de la cama es un calmante porque tu presencial le hará sentirse mejor. Además si sale de la cama será más fácil volverle a meter en su cama. No te subas a su cama ni que se te ponga en el regazo una vez que ya es momento de dormir. Solo dile que estarás allí y que debe dormir en su cama. No le hables, solo espera que se duerma. Cuando se duerma abandona la estancia.
Cuando enseñen a los niños a dormir solos, la primera semana será la más difícil. Pero, si se hace de manera consistente, no debe tomar más de dos a tres semanas para que se establezca el nuevo hábito del sueño.