Deja de pensar que estás fallando como madre por quedarte en casa

Si piensas todo el tiempo que estás fallando, es más que probable que estés agotada el 100% del tiempo. Este tipo de pensamientos negativos solo conseguirá que cada vez sientas que estás haciendo las cosas peor, cuando en realidad y muy probablemente, esto no sea así. Las mamás parecen tener una crítica interior que nunca duerme. Esta crítica interna hace que las mamás cuestionen casi todo, incluso su desempeño como padres.

Esa crítica constante no es buena para nadie y te hace sentir que estás fallando como madre. ¡Sé audaz y dile a tu crítico interior que se calle! Estás haciendo un gran trabajo. Algunos días sentirás que apenas sobrevives a la crianza de tus hijos en casa. Tienes que recordar que eres una buena madre y que no siempre se pueden ganar todas las batallas… de hecho, no necesitas ganar todas las batallas de crianza.

Si continuas teniendo este tipo de pensamiento solo conseguirás estar más y más cansada, algo que repercutirá directamente en tu familia y en ti. A continuación vas a encontrar algunos consejos que te ayudarán a detener estos pensamientos y a evitar el agotamiento que lo precede.

Detén ese pensamiento

Cada vez que te venga a la mente un pensamiento de este tipo, simplemente, detenlo. Detén el pensamiento y cámbialo por uno que sea más real y que además, te haga sentir mejor. Puedes pensar cosas como:

  • Realmente sí soy buena madre
  • Cada día hago todo lo mejor que puedo para ser buena madre
  • Quiero a mis hijos con todo mi corazón
  • Mis hijos me necesitan y debo cuidarme para cuidarles bien
  • Si yo soy feliz, ellos serán felices a mi lado
  • Deja a un lado el móvil

mantras para madres estresadas

Los niños cada vez sienten más cómo sus padres se distraen con los teléfonos móviles. Esto provoca en ti un estrés innecesario por culpa de las nuevas tecnologías. Todas esas publicaciones para padres perfectos que ves en Internet solo hará que exista una presión irreal sobre ti, porque ni esas personas que ves e redes son. Padres perfectos ni tú debes serlo en absoluto.

Recuerda que las personas en redes sociales no son nunca realmente sinceros ni honestos sobre su realidad. La mayoría de las personas no publicarán sus días malos para evitar ser juzgados por otros. La mejor idea es que te quedes sin los aparatos electrónicos cerca durante una parte del día y sentirás como si te hubieran quitado un peso de encima. Al principio puede parecerte raro, pero después te darás cuenta que merecerá la pena.

Tu pareja debe estar a tu lado

Si tienes pareja, tiene un papel muy importante en tu vida y también en la crianza de tus hijos. Tu familia debe ser un equipo y tu pareja debe ayudarte a salir del campo cuando sientas que acabas de ser atacada por tus propios jugadores. Muchas parejas quieren ayudar, pero a veces no saben como hacerlo porque puedes hacerles sentir (sin quererlo) como si fuesen invasores o jugadores del equipo contrario. Quizá te enfades porque no hace las cosas cómo las harías tú… pero debes comprender que cada uno hace las cosas a su manera y lo que importa, es hacerlo.

Madre leyendo un cuento a los niños

Tu pareja tiene que estar contigo en casa codo con codo. No importa si los niños toman zumo de bote en lugar de zumo natural recién exprimido… Si tu pareja ha preparado la cena  y les ha puesto el pijama para que tengas un tiempo de desconexión, simplemente disfruta de ese momento para ti. Los niños estarán bien en esos momentos.


Recuerda que también es importante que tanto tu pareja como tú, busquéis tiempo de conexión e intimidad, puesto que es necesario para que vuestra relación funcione. Es necesario que tengáis conexión emocional para ser los dos los líderes del equipo.

Tienes que dormir más

Si estás agotada es posible que pienses que es normal… las personas creen que es algo que las madres de recién nacidos experimentan y ya está. En realidad no es así, puesto que el agotamiento puede ocurrir en cualquier momento si la madre no descansa lo suficiente. Es necesario que duermas.

Independientemente de las edades de tus hijos, necesitas una buena noche de sueño. Esto es imprescindible para tener a raya tu agotamiento y sobre todo, para poder tener la energía suficiente para disfrutar de tus hijos y de ti misma. Nadie funciona bien si no ha dormido lo suficiente… y si además a la ecuación añades ‘niños’ aún se necesita dormir un poco más. Necesitas descansar para ser una mamá feliz, para enfrentar las discusiones entre hermanos, cambiar pañales, conducir… y hacer cualquier cosa que debas hacer en tu día a día.

Di ‘no’ más a menudo

No puedes hacer todo, así que ni siquiera lo intentes. Decir que no puede hacer que te sientas culpable por no estar haciendo todo lo que se te pide, pero no deberías. Tienes que saber cuándo decir no. Eres una persona y no puedes hacerlo todo. Nadie puede deshacerse de esos sentimientos de culpa.

En otras palabras, di no a hornear galletas para la escuela, a coser disfraces de la escuela o a ser voluntaria en algún evento social. Limita los proyectos y di no a todo lo demás. Tu salud mental va a antes que hacer cosas por otros, cosas que en la hagan mayoría de veces, ni siquiera son agradecidos.

Madre e hija agradecidas

Di ‘no’ también a tus hijos

Igual que debes aprender a decir que no a los demás, también debes aprender a decir que no a tus hijos. Es imposible llevar a tu hija mayor a una extra escolar a las 4, al mediano a las 4:30 y al pequeño a las 5. No eres ‘superwoman’ ni tienes poderes para teletransportarte.

Sobrecargar a tus hijos de actividades le sobrecargará a ellos, pero también te sobrecargará a ti. Es necesario que aprendas a decir que no a ciertas cosas para salvaguardar tu cordura. Tened al menos dos días en casa sin tener que ir a ninguna actividad extra escolar en la semana. Simplifica tus días y todo se volverá más sencillo para todos.

Deja que tus hijos hagan las cosas por sí mismos

A veces es más fácil hacer cosas por los hijos que hacer que ellos mismos lo hagan. Pero criar a un niño independiente que entiende la responsabilidad comienza permitiéndoles hacer cosas por sí mismos.

Cuando tus hijos comiencen a hacer las cosas por sí mismos (después de haberles enseñado tú), te darás cuenta cómo las cosas pueden ir mucho mejor de lo que esperabas. Además, tendrás un descanso adicional al mismo tiempo. Te sentirás orgullosa de sus logros aunque no sean perfectos. Poco a poco podrá ir asumiendo nuevas responsabilidades con un poquito de ayuda al principio y sin ninguna ayuda al final. ¡Todos salís ganando!


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