Estrategias para los padres cuando su hijo es el agresor de acoso escolar

acoso escolar

Actualmente existen programas en algunas escuelas para poder evitar el bullying o acoso escolar. Normalmente estos programas están pensados en las víctimas, para protegerlas y para que los padres sepan qué deben hacer en cada momento. Realmente en muchas circunstancias las víctimas de acoso escolar están desprotegidas y se sienten vulnerables y en soledad. Sienten que nadie les puede ayudar y su autoestima se ve gravemente afectada.

Los padres de víctimas de acoso escolar se encuentran con grandes retos y obstáculos para hacer frente a estos problemas, sobre todo si desde la escuela no encuentran un apoyo por parte del centro educativo o de los profesionales pertinentes. No solo los niños que son víctimas de acoso escolar necesitan atención psicológica y listo, necesitan que todo su entorno le apoye y le proteja dándole las herramientas suficientes para que sea capaz de sentir el valor y el apoyo para poder superar la situación.

Pero hay otra parte en todo esto que también importa mucho: los agresores del acoso escolar. Los padres de los niños o niñas agresores también tienen un papel fundamental en todo esto y deben poner de su parte para paliar la situación.

Los padres del agresor escolar

Los padres de los agresores deben entender que los niños que intimidan de forma agresiva a los compañeros están en mayor riesgo de involucrarse en un comportamiento antisocial o criminal en el futuro. Por lo tanto, es importante tratar de ayudar a los agresores a cambiar  sus actitudes y comportamientos hacia los demás y que deje de ser negativo. En la mayoría de los casos cuando existe un agresor hay unas causas detrás que provocan la situación y que deben ser descubiertas para poder atajarlas.

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Tener en cuenta su actitud y sus acciones

Es necesario que los padres tengan en cuenta que la actitud y las acciones de su hijo son muy importantes y que por nada del mundo deben mirar hacia otro lado. Aunque parezca que el problema no va con ellos, la realidad es que todo tiene que ver con ellos. Por eso:

  • Hay que tomar en serio el problema. Resistir la tendencia a negar el problema o descontar de la gravedad de lo que ocurre. Evitar la negación pensando: ‘son cosas de niños’ o ‘es normal que estas cosas pasen en la escuela’. Porque ni son cosas de niños ni es normal que ocurra.
  • Escuchar con atención y echar un vistazo a los hechos. No crea todo lo que tu hijo te dice. Los niños que intimidan a otros son buenos en la manipulación de los adultos y pueden ser muy hábiles para tejer una historia que los haga parecer inocente.
  • La escuela o los padres de la víctima pueden documentar con informes de comportamientos de intimidación de tu hijo. No niegues su participación cuando hay pruebas evidentes para culparle. Es necesario reconocer si hay un patrón de comportamiento.
  • Explora las razones por las que tu hijo puede estar teniendo este comportamiento negativo. Es importante buscar ayuda profesional tanto para el niño como para la familia en caso de que fuese necesario.

Responsabilizar las acciones del agresor

Es necesario que el agresor se responsabilice de sus acciones, sean cuáles sean y que sepa que su comportamiento negativo tendrá consecuencias. Para ello, los padres deberán tener en cuenta algunas cosas:

  • Resistir la tendencia a culparse a ti mismo por creer que no has hecho las cosas bien en la crianza de tu hijo. Procura que tu hijo sea responsable de sus acciones.
  • Deja claro a tu hijo que la intimidación y la agresión escolar es algo muy serio y que no se va a tolerar esos comportamientos. Deja claro que esperas que detenga de inmediato ese tipo de comportamiento.
  • Deberás ponerte en contacto con regularidad con la escuela para terminar si la conducta agresora se ha detenido definitivamente.

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Ayudar al cambio

El agresor también debe sentir apoyo para poder realizar el cambio. Si siente que nadie está de su parte solo se resistirá a mejorar puesto que estará todo el tiempo a la defensiva. En este sentido, los padres deberán tener lo siguiente en cuenta:


  • Desarrollar un sistema claro y simple de reglas dentro del hogar. Ofrecer elogios frecuentes y refuerzo positivo. No utilizar la hostilidad y optar por consecuencias negativas para cuando no se cumplen las reglas de comportamiento.
  • Recordar que se han de cumplir las reglas. Las consecuencias apropiadas para la intimidación pueden incluir la pérdida de privilegios.
  • Seguir adelante con las consecuencias apropiadas por el mal comportamiento. No utilizar el castigo físico, ya que al hacerlo solo se reforzará creencia errónea de tu hijo de que es aceptable utilizar la violencia para intimidar a los demás para conseguir lo que uno quiere. Si tanto tú como la escuela sois consistentes en la aplicación de consecuencias negativas por la intimidación, las posibilidades de mejorar el comportamiento del agresor estarán aumentando considerablemente.
  • Pasa más tiempo con tu hijo y supervisa sus actividades de cerca. Averigua quiénes son sus amigos, dónde pasa su tiempo libre,  qué actividades suele realizar. Si tu hijo frecuenta malas compañías deberás limitarlo y proporcionarle oportunidades para participar en actividades con mejores compañías.
  • Utilizar la empatía y la asertividad. Elogia a tu hijo cuando utilice estrategias de comportamiento positivas.

Primeras relaciones sentimentales La preadolescencia y la adolescencia es el momento de iniciar las primeras relaciones sentimentales y empezar a experimentar en el mundo del amor y la sexualidad. Estas primeras relaciones pueden resultar muy estresantes,  sobre todo para un joven que aún no está preparado para manejar este tipo de emociones. Para lidiar con esto es importante hablar con los hijos sobre las relaciones, animarle a que no se implique demasiado o a que no se complique la vida y, sobre todo ayudarle a  desarrollar habilidades sociales y aprender a manejar sus emociones para evitar dramas y conflictos innecesarios. 

Qué esperar de la escuela

Si tu hijo es víctima o acosador, es importante esperar algunas actuaciones por parte de la escuela:

  • Los administradores escolares, maestros y el personal deben tomarse los problemas de la intimidación en serio. La escuela debe investigar la situación y te tendrán que comunicar qué medidas están tomando para ayudar a detener la intimidación.
  • Se deben reforzar las políticas de la escuela y las reglas contra el acoso escolar.
  • Los maestros y administradores deben hablar con el agresor y sus padres. También deben decirles las consecuencias que habrán y las medidas que tomará la escuela hacia el agresor si no se detiene la intimidació. Si el acoso continúa, la escuela deberá cumplir con las consecuencias pactadas inmediatamente.
  • Tanto maestros como administradores deben incrementar la supervisión de los adultos en las diferentes áreas escolares donde pueden haber incidentes de intimidación o que ocurran con mayor probabilidad.
  • El personal escolar deberá estar informado de la situación y saber quienes son víctimas y quienes agresores, así podrán actuar adecuadamente ante cualquier situación de conflicto.
  • Deberá haber una comunicación constante tanto hacia los padres de la víctima como con los padres del agresor.

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  1.   Marlon Coral dijo

    Me parece excelente todo el contenido, he tomando pautas de aquí para la conversación con los padres, sin embargo, en mis estudios sobre el tema del acoso escolar, debe haber una investigación primero y la intención de seguir un protocolo en el cual se encuentra la cita con padres para contarles lo que acontece con su hijo, implica no llegar a juzgamientos sin conocer realmente la complicidad de él o ella en el acoso, por tanto no estoy de acuerdo en que en la reunión se le diga a los padres las consecuencias de las acciones de su hijo, creo que deben haber dos reuniones, la primera informativa sobre lo que iniciará la Institución y la segunda para socializar las estrategias que lograrán el ambiente de convivencia y paz, la cual debe ser la función pedagógica y el rumbo que debe tener un proceso de acoso, no es el fin la acusación y la sanción, esta medida sería cuando tras el seguimiento, se evidencia por parte de la Institución educativa el desacato frente a los compromisos con padres y estudiantes, el objetivo es la reparación y restitución de los derechos de las víctimas.