La bondad es algo que se puede tener innato en el corazón pero que se necesita aprendizaje para poder dominar esta bondad o amabilidad de uno mismo hacia los demás. Si quieres potenciar la bondad en tus hijos, primero debes saber que es algo contagioso y que los máximos responsables para que se desarrollen son los padres. Pero, ¿cómo potenciarlo?
Los niños buenos son niños caritativos, que saben que mamá y papá no pueden comprar todo lo que quieren para ellos (y comprenden por qué no deben obtener todo lo que desean), y son pacientes, agradecidos y tienen autocontrol. Si quieres enseñar amabilidad a los niños, asegúrate de no malcriar a tus hijos.
Es necesario también ser muy conscientes de los peligros de la intimidación cibernética, por eso hay que observar si son agresores o agredidos, prestar atención a lo que escribe y comparte en Internet. Aprende sobre intimidación y qué se debe hacer para prevenir que ocurra cerca de la vida de tu hijo.
Incluso cuando está cansado y frustrado, especialmente en estas situaciones, intenta hablar amablemente con tu hijo. La disciplina con amor es esencial para que los niños crezcan felices por lo que debes apoyarle siempre con una forma de dirigirte amable. Del mismo modo, los niños que no están naturalmente inclinados a intimidar a los demás o ser malos pueden participar cuando otros lo están haciendo. Si tu hijo puede dar un ejemplo de bondad, también se puede extender a su grupo social.
Cuando fomentas la bondad en tu hijo, se sentirá mejor no solo sobre el mundo en el que vive sino sobre sí mismo. Esa es la cuestión de criar a un buen niño que es amable: no solo la bondad levantará a tu hijo y a los que lo rodean, sino que le ayudará a crecer para ser una persona feliz y amorosa.