En los últimos años la prevalencia de alergias alimentarias ha ido en aumento. Según datos de la Sociedad Española de Inmunología Clínica y Alergia Pediátrica (SEICAP), alrededor de un 4-8% de los niños españoles padece algún tipo de alergia a determinados alimentos, siendo los más frecuentes la leche, frutos secos (especialmente los cacahuetes), pescado, marisco, gluten y soja.
Este tipo de alergia, no solo reduce la variedad de alimentos que puede ingerir la persona afectada, sino que, incluso una cantidad mínima, puede desencadenar síntomas que van desde reacciones cutáneas, problemas respiratorios, molestias digestivas hasta un schock anafiláctico que puede resultar mortal. Afortunadamente en la mayoría de los casos no se produce la muerte, pero sí que limita la dieta y genera estrés al tener que estar siempre pendientes de qué alimentos se consumen.
Para prevenir la aparición de este tipo de alergias, las recomendaciones habituales han sido retrasar la introducción de los alimentos potencialmente alergénicos. Sin embargo, en las últimas décadas, se han publicado algunos estudios que sugieren que la introducción precoz de estos alimentos podría disminuir el riesgo de padecer alergias alimentarias.
En un estudio llevado a cabo en el Colegio Imperial de Londres se analizaron datos de 146 estudios previos que en total involucraron a 200.000 niños. Los resultados, publicados en la revista JAMA (Journal of the American Medical Association), mostraron que los niños que comenzaron a comer huevo entre los 4 y los 6 meses de edad, tenían una probabilidad del 40% menos de desarrollar alergia a este alimento en comparación con los niños que comenzaron a ingerirlo más tarde. En cuanto al cacahuete, se vió que los niños que comenzaron a ingerirlo entre los 4 y los 11 meses de edad, presentaban un 70% menos de probabilidad de padecer alergia al mismo.
Sin embargo, los autores del estudio advierten que estos porcentajes son, de momento, estimaciones y que podrían variar a medida que se hagan nuevas investigaciones. Además, recomiendan no introducir estos alimentos en bebés que ya presentan otras alergias alimentarias u de otro tipo. En caso de decidir ofrecer al bebé cacahuetes, estos nunca deben estar enteros para evitar atragantamientos, sino que deben ofrecerse en forma de mantequilla.
Por otro lado, la introducción precoz de los alimentos potencialmente alergénicos, contradice las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS ) de mantener la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses de edad por lo que, los autores del estudio, consideran que hacen falta más investigaciones para establecer una edad precisa de introducción de estos alimentos.
Por lo tanto y a la espera de nuevos resultados, estas recomendaciones no justifican la introducción de alimentos antes de los 6 meses, cuando la lactancia materna debe ser exclusiva, pero si una introducción más temprana del huevo y el cacahuete, junto al resto de alimentos.