La ira es una emoción. Se manifiesta en todas las personas y es un resentimiento ante una situación que no nos gusta. Es por ello que nos provoque frustración y hace que las personas sientan enfado, irritabilidad, resentimiento o furia ante tal situación. Los niños generalmente manifiestan su ira gritando, rompiendo o lanzando cosas e incluso pegando e insultando.
Dos de las emociones que pueden acompañar a este tipo de comportamiento puede encontrarse en la hostilidad, que es cuando se propone hacer una valoración negativa hacia uno mismo y hacia los demás. También la agresión forma parte de este tipo de emociones y es que gracias a una frustración se puede llegar a hacer daño a cosas o personas.
¿La ira se manifiesta de diferente manera en los niños?
No, esta emoción es igual en todo tipo de personas, además rige un papel importante que el niño lo sienta para poder evolucionar y crezca en su exterior e interior. De esta manera hará que luche más por el objetivo deseado y se pueda llegar a superar mucho más como persona.
Cuando resultan ser un problema:
- Sobre todo cuando su comportamiento ya empieza a llamar la atención, cuando es peligroso tanto para él como para los demás.
- Hay que evaluar a qué edad se manifiestan, alcanzados ya los 7 u 8 años se puede concluir como un comportamiento inusual.
- Otro dato sería cuando sus actos son muy repetitivos y están causando muchos conflictos en casa y en su entorno, además uno de los puntos a destacar es que no pueden controlar su ira y eso le hace sentirse mal consigo mismo.
Factores que pueden contribuir a que el niño padezca este tipo de emociones:
Muchos padres aferrarán su comportamiento con el carácter del niño, pero debemos darle más importancia de la que creemos, pues posiblemente es un síntoma del que está sufriendo.
Son arrebatos emocionales que quizás vengas acompañados por la ansiedad, normalmente sin ser identificada y eso hace que no llegue a tolerar muy bien la angustia.
Puede que esté sufriendo algún trauma tanto en casa como en el colegio y de ahí que se manifieste en este tipo de conductas con ira y amenazas. Además presentará dificultades en el aprendizaje y eso hará que sea otro punto más a favor para su frustración.
Otro punto que puede llegar a ser mucho más especial es que el niño tenga dificultades en el procesamiento sensorial, les cuesta procesar la información sensorial del mundo que les rodea y se pueden llegar a sentir muy incómodos.
¿Cómo podemos reaccionar ante tal conducta?
- Lo primero de todo hay que mantener la calma, si un padre está calmado ante tal reacción es mucho más fácil paliar el problema, seguramente estén esperando a que nosotros también perdamos la calma.
- Intenta analizar por qué se ha generado tal emoción, muchos de los factores pueden ser que el niño esté enfermo o cansado y aunque parezca que no debería tener importancia por esta justificado, por lo menos hay que hacerle reconocer su propia ira e intentar que la canalice.
- Algunos niños liberan sus tensiones con el arte de dibujar, pintar o escribir, pero sin duda el practicar algún tipo de deporte también le ayudará a canalizar la ira y el estrés.
- Intentar que practique la empatía también puede ser otro factor a favor, aunque quizás sea una de las tareas más difíciles de conseguir, aunque se puede asegurar que a la larga sea algo fundamental para manejar la ira.
- Otro dato importante sería la misma información que manejamos a la hora de criticar su comportamiento. No podemos criticar su comportamiento y menos insultar, pues esto hará que baje su autoestima. Hay que criticar el acto y no al niño.