Sí, los adultos siempre tendremos a nuestro niño interior dentro de nuestro corazón. Mientras nuestros padres estén a nuestro lado, siempre estará ese niño interior que anhela su abrazo, su cariño y sus palabras de aliento. Los adultos quieren de sus padres relaciones más cercanas, más positivas y con más amor… Es necesario trabajar duro para conseguirlo, ¡porque las relaciones hay que cuidarlas!
Hay personas que también necesitan que sus madres sean menos críticas y que tanto los padres como las madres reconozcan cuando se han equivocado o cuando han tenido comportamiento dañino o tóxico.
Los niños adultos desean que sus padres se interesen más por sus vidas y también se enfrenten a otros miembros de la familia, incluidos sus cónyuges o parejas… cuando sea necesario, pero sin necesidad de lastimar la relación, solo como forma de protección.
Niños adultos y sus padres
En realidad, padres e hijos debe ser una relación fuerte que se debe cuidar desde siempre. Como todas las relaciones, si un vínculo entre padres e hijos no se cuida, se deteriora… Por muy fuerte que haya sido en el pasado.
Los abuelos, padres de niños adultos, deben proporcional apoyo emocional y ser menos críticos con sus hijos para poder cuidar así el vínculo que les une. Cuando se trata de los hijos, las relaciones con otros miembros de la familia son primordiales. Los abuelos deben esforzarse por llevarse bien con la esposa o pareja de su hijo y también con los parientes políticos de sus hijos.
Además, los alejamientos familiares no necesitan ser permanentes. A pesar de que los niños adultos pueden decir que no están dispuestos a renovar una relación cuando sienten que han sido dañados, las estadísticas sobre los sentimientos dentro y fuera del alejamiento dicen que generalmente están dispuestos a darles otra oportunidad a sus padres. Dependerá de los padres e hijos distanciados emocionalmente que esas oportunidades realmente merezcan la pena. Un niño adulto, siempre querrá aprovechar el tiempo al lado de sus padres y que sus hijos disfruten de sus abuelos. ¡El tiempo es oro!