Mi hijo no quiere ir al colegio: ¿Qué puedo hacer?

Madre y su hija en la entrada del colegio

Algunas veces los niños ponen excusas, como dolor de cabeza o de estómago, para no ir al colegio. Luego vemos como estas «dolencias» se curan milagrosamente al quedarse en casa y, vuelven a aparecer al día siguiente.

Si esto ocurre de frecuentemente debes preguntarte los motivos por los que el niño no quiere ir a la escuela.

¿Por qué mi hijo no quiere ir al colegio?

Los motivos pueden ser varios y muy diferentes. A la hora de analizarlos es importante tener en cuenta la edad del niño.

Niños pequeños

Esta conducta es común, especialmente después del nacimiento de un hermano, de un periodo de vacaciones o de una enfermedad.

Después de la muerte de algún familiar o ante un proceso de divorcio, los niños se sientan estresados y confusos. Temen que pase algo malo mientras ellos están en la escuela.

En algunos casos los niños pueden sufrir ansiedad de separación. Se trata de un miedo irracional a separarse de los padres por temor a que les ocurra algo malo durante su ausencia. La ansiedad de separación es normal hasta los tres años. En niños mayores se relaciona son la timidez, sobreprotección y una baja autoestima. Sienten un miedo exagerado hacia la oscuridad, los fantasmas, los ladrones, etc. A menudo presentan dificultades para conciliar el sueño y no quieren dormir ni estar solos en su habitación.

Niños mayores de cuatro años

A estas edades los niños pueden negarse a ir a la escuela porque han tenido algún problema con algún compañero o profesor. Algunos niños que son especialmente sensibles a las críticas. Algunos compañeros son crueles con sus burlas o comentarios, especialmente a nivel físico.

También podría tratarse de una fobia escolar, una incapacidad parcial o total para acudir al colegio. Este trastorno de ansiedad suele aparecer a partir de los cinco años. En estos casos el niño manifiesta una serie de síntomas fisiológicos de tipo ansioso (insomnio, crisi de angustia, náuseas, vómitos, diarreas, etc.), quejas somáticas (dolores de stómago o de cabeza), tristeza y explosiones de mal humor.

La fobia escolar necesita un tratamiento psicológico por parte de un especialista.

Preadolescentes

En niños entre 11 y 14 años también es bastante común no querer ir al instituto. Esta edad coincide con el paso de primaria a secundaria (cambio de centro escolar, de compañeros, de profesores, etc.). Además los chicos  afrontan una serie de cambios físicos y hormonales que también pueden hacerlos sentir más inseguros.

Puede aparecer algún trastorno del aprendizaje no diagnosticado hasta ese momento que influya en su rendimiento escolar.


Algunos alumnos no saben como afrontar unas malas calificaciones. Se sienten frustados, desmotivados, inseguros e incapaces de alcanzar las expectativas de sus padres y/o profesores.

El hecho de quedarse en casa les supone una experiencia agradable porque pueden dormir más, jugar con la videoconsola, etc.

Una tasa alta de absentismo escolar a esta edad se relaciona con una bajada del rendimiento y una tendencia al aislamiento social.

Niña con miedo de ir al colegio

¿Cómo puedo ayudar a mi hijo si no quiere ir al colegio?

  • Como madre tienes que actuar con mucha tranquilidad y transmitir a tu hijo la seguridad que necesita.
  • Evita sentimientos de culpabilidad y busca ayuda de profesionales cuando sea necesario.
  • Es imprescindible que el pediatra descarte cualquier tipo de problema fisiológico.
  • Esclarece los motivos por los que tu hijo no quiere ir al colegio. Puedes hablar con sus maestros, sus compañeros de clase e incluso otras madres del colegio. Averigua si se trata de un caso de bullying o acoso escolar.
  • Mantenen una o varias entrevistas con el tutor de tu hijo o el psicólogo del centro.
  • Estableced un plan de acción. Pautas de actuación claras y específicas para llevar a cabo tanto en casa como en la escuela. (Acompañarlo hasta la puerta, que lo reciba la tutora, etc)
  • Evita que tu hijo se quede en casa, eso solo consigue reforzar su conducta y sus miedos.
  • No castigues a tu hijo cuando no quiere ir, ni le premies cuando vaya. Ir al colegio tiene que convertirse en un hábito.
  • Evita la sobreprotección y estimula su autonomía, eso aumentará su autoestima
  • Si el problema no se resuelve y se va alargando en el tiempo, consulta con el pediatra o con un psicólogo infantil.

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