Un año nuevo comienza lleno de posibilidades. 365 días nos quedan por delante para tratar de sacar el mayor partido y acercarnos a nuestro estado ideal. Cuando uno es padre, nuestros propósitos cambian. Antes eran hacer más ejercicio, aprender inglés, comer sano… pero cuando llegan los hijos las prioridades cambian y uno quiere ser mejor padre y madre. Os dejamos unos buenos propósitos de año nuevo para padres para conseguir vuestro reto.
Propósitos de año nuevo
Puede parecer una tontería pero es más importante de lo que parece. Cuando uno hace una lista de propósitos analiza en qué punto está y adonde quiere llegar. Los propósitos serían los pasos que nos llevarían a ese estado ideal. Tiene que ser algo medible y realista para poder cumplirlo. Así a final de año podremos analizar si hemos cumplido los objetivos según como estemos de cerca de nuestra meta o si por el contrario no hemos avanzado mucho.
Cuando se marca un propósito hay que ser constante, saber que representa ese cambio, en qué sentido mejorará nuestra vida y cómo nos sentiremos después. Es mejor marcar metas pequeñas al principio para no desanimarse, y que el resultado sea a corto/medio plazo más que a largo plazo.
Mejores propósitos de año nuevo para padres
Nuestros propósitos serán de acuerdo a nuestras circunstancias personales. No serán las mismas cuando uno tiene 20 años a cuando tiene 40 años, las circunstancias cambian y las prioridades ya no son las mismas. Os dejamos una lista de buenos propósitos de año nuevo para padres para ayudaros en vuestra lista:
- Pasar más tiempo en familia. Las exigencias de la vida moderna nos quitan mucho tiempo, pero eso no implica que podamos pasar tiempo de calidad en familia. Reservad horas durante la semana para pasar tiempo todos juntos y disfrutar de vuestra familia. Los niños crecen enseguida y hay que disfrutar todo lo que se puede de ellos.
- Enseñar cosas a tus hijos. Seguro que recuerdas con exactitud como tu madre te enseñó a montar en bicicleta o como tu padre te mostró como pescar. Esos recuerdos los tendrás toda la vida, y tu puedes hacer lo mismo con tus hijos. A cocinar, a ir de acampada, conocer las estrellas, los tipos de plantas… hay miles de cosas que puedes enseñarles y ellos a ti.
- Conocer más a tus hijos. Para poder conocer a tus hijos hay que tener una buena comunicación, donde los niños se sientan escuchados y comprendidos, no juzgados. Donde hay un clima de comunicación bueno, uno se siente más cómodo contando cosas más íntimas. Para eso tendrás que escuchar activamente, no emitir juicios de valor, conocer a sus amistades y mostrar a tus hijos que estarás ahí cuando ellos te necesiten.
- Jugar más con tus hijos. Los niños no quieren más juguetes nuevos, sino jugar con papá y mamá. Pasar tiempo juntos, riendo, volviendo a ser niños de nuevo y compartiendo experiencias.
- Practicar más la paciencia en familia. La paciencia es un arte que se aprende y hay que trabajarlo para conseguirlo. Los niños pueden acabar con nuestra paciencia muchas veces, pero debemos comprender que no lo hacen por fastidiarnos.
- Dar buen ejemplo. No hay mejor manera de enseñar que desde el ejemplo. Averigua que valores y actitudes quieres enseñar a tus hijos y céntrate en trabajarlas tu mismo. Debemos ser coherentes y mostrar lo que enseñamos.
- Participar en la vida escolar de tus hijos. No quiere decir que haya que hacerles los deberes, nada más lejos de la realidad. Significa estar al día de su progreso, de cómo les va en clase, de las asignaturas que más les cuesta o más les gusta.
- Cumple tus promesas. En ocasiones es fácil tirar del típico “mañana vamos” cuando no queremos ir a algún sitio que nos pidan los niños creyendo que se olvidarán. Los niños recuerdan muy bien las promesas, así que no hagas promesas que no puedas cumplir.
Porque recuerda… cuidar de tu familia es muy importante para su salud física y mental, y también para la tuya.