El pensamiento divergente es un concepto que se busca en muchas personas, el cual podría derivar en una cualidad que a lo largo de los años se va perdiendo. Los problemas psicológicos que afrontamos en la sociedad derivan y acomodan nuestra mente a no pensar más que en solucionar otro tipo de problemas no tan constructivos, y por lo tanto en dar solución a las preguntas con una única respuesta.
Ayudar a que los niños desde una edad más temprana usen el pensamiento divergente es fomentar una ayuda a la creatividad del pensamiento, hay que dar rienda suelta a cualquier idea, para que en futuro puedan anticipar cualquier respuesta creativa a un momento de reflexión importante.
Índice
¿Pensamiento divergente o pensamiento convergente?
Con esta sencilla comparativa es más fácil diferenciar un tipo de pensamiento a otro. El pensamiento convergente va enfocado en encontrar una solución correcta a un problema. El pensamiento divergente es encontrar muchas más soluciones, pero de una forma creativa.
Aunque los dos son claros y muy diferentes hay que reseñar que el pensamiento divergente no se puede utilizar para una solución única, como las ciencias o las matemáticas exactas, sino más bien para utilidades creativas relacionadas con el arte.
¿Qué es el pensamiento divergente en niños y cómo potenciarlo?
Este tipo de pensamiento se caracteriza mucho más en niños que en adultos. Los niños no son confines al desarrollo matemático de soluciones precisas a las que un adulto ha llegado a evaluar a lo largo de sus años. Por lo tanto, todas las soluciones que idee un niño son similares a la creatividad, a la pura imaginación y al arte. Con el paso de los años llegará a practicar una solución única y factible, la que la sociedad le ha disciplinado.
Los niños están en ese momento de pensamiento divergente. En los adultos se va perdiendo, todo se va convirtiendo en rutina y lo que antes surgía con ilusión y sorpresa eso se va apagando. Según van pasando los años, la única solución a los problemas se han adquirido a base de repetir las mismas pautas.
Los estudios han valuado esta teoría, los niños de entre 3 y 5 años mantienen este pensamiento en un 98% de ellos. La cifra va en descenso según van cumpliendo años, entre 8 y 10 años, solo el 32% mantenían esta creatividad, y un 10 % los menores entre los años 13 a 18 años. Los datos sobre los adultos derivan a datos más impactantes ya que su ingenio alcanza sólo en el 2% de las personas.
Los niños, como hemos dicho, tienen la destreza de tener pensamiento divergente, pero, ¿cómo debemos de mantenerlo y potenciarlo?:
- El aprendizaje de experimentar, sentir, tocar, curiosear…no debe de ser vetado. Es la mejor forma de dar rienda a su creatividad y la mejor manera es sentirse acompañado y cómodo. Esta acción es mejor recrearla jugando en compañía de otros niños, aunque no importa hacerlo de forma individual.
- No hay que generar desmotivación cuando un niño no esté dando una respuesta correcta a un desafío. Es muy útil trabajar con preguntas con posibles respuestas variadas para que desarrolle su imaginación.
- Es importante que un niño no se sienta sancionado por lo que llegue a pensar, tiene que ser validado en todas sus respuestas. Tiene que sentirse aceptado y valorado y ante cualquier respuesta ser respetado. Que se sienta amado es sinónimo de ser libre de explorar y seguir descubriendo nuevos intereses. Por lo contrario, si se siente criticado es sinónimo de un niño reprimido de emociones y no entenderá su forma de pensar e inventar de forma atrevida.
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