Las habilidades motoras finas son aquellas que permiten a los niños realizar movimientos con sus músculos pequeños, como escribir, pintar, dibujar, comer, etc. Es necesario que se desarrollen correctamente para que puedan tener un buen control de sus movimientos a lo largo de toda la vida.
Junto con el desarrollo motor grueso (el desarrollo de los músculos grandes que les permiten a los niños correr, trepar, caminar, etc.), es necesario tener un control del buen desarrollo de los niños.
Si tu hijo está experimentando dificultades con tareas que son apropiadas para su edad y que debería poder hacer, puede requerir la intervención de un terapeuta ocupacional. Algunos de estos también pueden ser signos de retrasos en el desarrollo motor:
- Torpeza
- Mala autoimagen: esto sucede porque un niño no tiene un control motor adecuado y, por lo tanto, no explora ni experimenta tanto como otros
- Pobre concentración
- Mala postura: este niño puede cansarse fácilmente y prefiere acostarse
Si el problema no parece grave, es posible que prefieras realizar unas intensas semanas de actividades motoras finas en casa con tu hijo. Una vez que haya pasado algún tiempo, juzga si ha habido una mejora. Puede ser mejor enviar a tu hijo a un terapeuta ocupacional para una evaluación y determinar cómo puede ayudarle mejor.
El terapeuta puede sugerir actividades para hacer en casa o puede sentir que son necesarias sesiones de terapia regulares. De cualquier manera, tienes que asegurarte de que tu hijo recibe el apoyo adecuado lo antes posible. Ignorar este tipo de signos solo agrava el problema y los niños terminan luchando para escribir y completar su trabajo en los primeros grados.
En este sentido, observa si tu hijo tiene un buen desarrollo motor. Si tienes alguna duda, solo tienes que acudir a tu pediatra para que pueda evaluar el desarrollo de tu pequeño lo antes posible.