Un contrato de comportamiento es una opción excelente para que los niños pre adolescentes y los adolescentes puedan tener un mejor comportamiento y que de este modo, exista una mayor armonía en el hogar. Un contrato de comportamiento es una excelente forma de que los padres sepan exactamente qué esperan de sus hijos y se lo transmitan con éxito. Los hijos sabrán qué se espera de ellos y cuáles son las consecuencias positivas y negativas de cumplir con lo que se les encomiendan.
Después de todo, en la vida real, tu hijo adolescente debe demostrar que está listo para asumir más responsabilidades antes de que se le confíe o se le dé mayor libertad (el gran anhelo de los adolescentes: tener más libertad para demostrar su independencia).
Esto es como si le pides a tu jefe que te dé un ascenso pero no te ocupas del trabajo que tienes… Si no muestras responsabilidad nunca obtendrás ese ascenso, incluso si te muestras demasiado irresponsable te podrían bajar de categoría e incluso, podrías perder el trabajo.
Un contrato de comportamiento también puede reforzar a los niños y adolescentes la idea tan importante de que los privilegios deben ganarse. El hecho de que cumplan un año más, no significa que sean lo suficientemente maduros para manejar nuevas responsabilidades. En su lugar, necesitan mostrarte a través de sus comportamientos diarios que pueden manejar más privilegios mostrando la responsabilidad de lo que ya tienen.
En este sentido, en el contrato podréis establecer algunas conductas que deben mostrar y que de esta manera sean capaces de llevarlo a cabo. En el contrato deberá estar bien plasmados las conductas a conseguir cada día y después de X tiempo, se podrán valorar implementar las consecuencias positivas o las consecuencias negativas dependiendo de cual haya sido la actitud del adolescente.