Secuelas de una mala alimentación infantil

Obesidad infantil

El tema de la nutrición en los niños, es una de las cuestiones que más preocupa a padres y madres. Muchos niños tienen problemas a la hora de las comidas, los pequeños suelen rechazar alimentos tan importantes como las verduras, ya sea por el sabor o por su textura. Y esto desemboca en una lucha diaria padres e hijos para que coman al menos algo cada día.

Cuando un niño es problemático y rechaza los alimentos, generalmente los más saludables, se crea una tensión alrededor de las comidas. Además de miedo por parte de los padres a la reacción del niño ante el plato que se servirá y poca predisposición por el pequeño a probar cualquier cosa que no sea lo que él sabe que le encanta.

Como consecuencia, con tal de que el niño coma algo se le termina por dar cualquier cosa. Es comprensible que un padre o una madre termine por ceder ante los berrinches del niño. Este es uno de los mayores temores de los padres, la preocupación de que pase hambre, porque el niño no coma nada, es un arma que juega a la contra. Darle cualquier cosa puede conllevar una serie de consecuencias muy negativas para su salud, tanto a corto como a largo plazo.

Niño con plato de verduras

Consecuencias de los malos hábitos alimenticios

La base de una alimentación saludable se encuentra en el equilibrio, los niños deben tomar alimentos de todos los grupos sin distinción. Si durante su periodo de crecimiento y desarrollo, se les permite adquirir malos hábitos, estos les acompañarán en su madurez e incluso acarreando problemas muy graves. Algunos de los problemas asociados a la mala alimentación en los niños son:

  • Fracaso escolar, los pequeños necesitan energía suficiente para poder rendir cada día, y para tener sus necesidades cubiertas necesitan alimentarse correctamente. De lo contrario el niño se mostrará cansado, con problemas de concentración, lo que podría derivar en malos resultados escolares.
  • Deficiencias en el desarrollo, problemas de visión, de crecimiento, problemas de piel o de cabello entre otros. Además de problemas para el desarrollo mental.
  • Patologías y enfermedades a corto y largo plazo como hipertensión, colesterol, malformación de los huesos y problemas musculares.

Los malos hábitos en la infancia condicionan el futuro del metabolismo

Bebé comiendo patatas fritas

El cuerpo humano tiene memoria, por lo que las consecuencias de una mala alimentación en la infancia, sentará las bases de lo que será el futuro metabolismo de ese niño. Por lo tanto, es preferible corregir todos esos malos hábitos a tiempo. La obesidad infantil es una de las mayores preocupaciones a nivel social, el sobrepeso conlleva desajustes hormonales, problemas circulatorios, respiratorios, diabetes, colesterol etc.

  • La falta de hierro afecta de forma alarmante al desarrollo intelectual del niño.
  • Problemas en la tonicidad muscular, una enfermedad llamada hipotonía que afecta al desarrollo motriz y cognitivo de los niños. En el caso de los bebés, puede producir un retraso en el desarrollo físico, como un retraso a la hora de aprender a caminar.

La mala alimentación puede ser por insuficiencia o por exceso

Niño comiendo comida basura

Es un error pensar que los niños que comen mucho, están libres de sufrir patologías y enfermedades. Tan peligroso es que tengan deficiencias nutritivas, como que las tengan en exceso. Una de las consecuencias más evidentes y que ya hemos mencionado es el sobrepeso. Pero no es la única, tomar en exceso otro tipo de alimentos también puede ocasionar graves consecuencias en la salud de los niños, por ejemplo:


  • Las proteínas, son fundamentales para el desarrollo muscular. No obstante, el exceso de proteínas puede alterar el funcionamiento del hígado y de los riñones.
  • Los carbohidratos son los encargados de proporcionar energía de forma rápida, la carencia de estos produce fatiga, cansancio, falta de concentración y falta de energía en general. Pero el exceso de carbohidratos es el responsable del sobrepeso y de la diabetes, entre otros.

Como ves, los malos hábitos alimenticios repercuten en la salud general de todas las personas, muy especialmente en la de los niños. Por lo tanto, aunque cueste y se tarde un tiempo es fundamental establecer una buena rutina de alimentación saludable. Puedes intentar cambiar la forma de cocinar algunos alimentos, de forma que para el niño resulte más agradable. Sobre todo, necesitarás paciencia y mucha comprensión.


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