A qué edad pueden tomar infusiones los niños

A que edad pueden tomar infusiones los niños

Seguro que en más de una ocasión te han recomendado darle infusiones a los niños para remediar molestias como los dolores de barriga o los problemas de sueño. Esto era bastante habitual hasta hace no mucho tiempo, sin embargo, hoy en día no es tan común. Por ello, aunque no está de más saber qué aconsejan otras madres expertas, siempre es importante consultar con pediatras y tener en cuenta las recomendaciones actuales.

Y esto es fundamental, ya que antiguamente no había tantos estudios y tanta información como ahora. Por ello, era muy habitual incluir productos y alimentos en la dieta de los niños, sin saber que podría ser perjudicial para ellos. En concreto, hoy hablamos sobre las infusiones y si pueden tomarlas los niños. Pero recuerda, ante cualquier duda, lo más recomendable es consultar con el pediatra.

¿Pueden tomar infusiones los niños?

Infusiones para niños

Algo que para una persona adulta puede ser rico y saludable, para un niño puede resultar muy peligroso. Y ese es el caso de las infusiones. Aunque se trata de un producto natural, no es recomendable en niños pequeños y está totalmente prohibido en menores de 12 meses. Quizá te resulte contradictorio, ya que todavía existen pediatras que recomiendan manzanilla y otras infusiones para mejorar el sueño de los bebés.

Incluso, en el mercado se comercializan infusiones especiales para mejorar el sueño del bebé o para reducir los síntomas de los cólicos. Sin embargo, según la Agencia Española de Pediatría, resulta totalmente desaconsejable. Según indican estudios realizados al respecto, infusiones como la manzanilla o el té verde pueden causar trastornos como:

  • Mala absorción del hierro no hemo
  • Convulsiones
  • Deshidratación
  • Vómitos
  • Intoxicación
  • Insuficiencia hepática
  • Acidez

Como ves, son muchos los problemas de salud que puede causar una simple infusión, aunque depende de la cantidad y la frecuencia. No obstante, para evitar consecuencias es preferible evitar el consumo de infusiones en bebés menores de 12 meses. Ahora bien, ¿a qué edad pueden tomar infusiones los niños? Enseguida lo vemos, aunque de adelanto, no se recomienda en menores de 3 años.

¿Cuándo pueden tomarlas los niños?

Qué infusiones pueden tomar los niños

Los especialistas indican que a partir de los 3 años los niños podrían tomar infusiones, aunque de forma esporádica y teniendo algunas precauciones. En ningún caso deben tomar productos con cafeína o teína, por lo que debes prestar atención a infusiones como el té en cualquiera de sus versiones. Por otra parte, es importante vigilar la composición del producto, ya que en muchos casos se comercializan infusiones infantiles llenas de azúcar y otras sustancias poco recomendables.

En definitiva, a partir de los 3 años pueden tomar infusiones los niños, aunque de forma ocasional. En ningún caso se debe dar como sustitutivo de otra comida o con regularidad. Incluso, es preferible utilizar productos específicos para niños ya que no deben contener teína y la cantidad será más fácil de controlar. De todas formas, las infusiones no contienen nutrientes esenciales para el crecimiento, por lo que no son necesarias en los niños.

Si necesitas calmar molestias como los cólicos, es preferible recurrir a otros métodos. E incluso, son problemas que desaparecen con el tiempo, como el problema para dormir. En definitiva, se trata de un poco de paciencia en la mayoría de los casos.


Así que es preferible que los pequeños no prueben este tipo de productos hasta que no sean más mayores. Así, evitarás que se acostumbren y pidan infusiones más allá de lo que puede ser aconsejable. Cuanto más tarden en probar productos que no son necesarios, mucho mejor para su desarrollo y crecimiento. Para terminar, si vas a darle una infusión a un niño, elige la mejor opción que sería o manzanilla, rooibos o jengibre.

Para terminar, a partir de los 12 años, es cuando los niños pueden tomar infusiones sin riesgo. Aunque sigue sin ser aconsejable que tomen teína, que es un estimulante que les puede provocar alteraciones en la frecuencia cardíaca, entre otros. Y recuerda, consulta previamente con un pediatra antes de darle algo a tu hijo que le pueda resultar perjudicial.


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