Clasificación de los trastornos alimentarios en la infancia

bebe comer

En distintas ocasiones hemos hablado de los trastornos de conducta alimentaria, tanto en el infancia como en la adolescencia. Comer es más que una necesidad primaria para el niño, su alimentación, los factores que la unan a ella, van a influir de manera esencial a la relación que tenga con su familia y el entorno.

Los trastornos de conducta alimentaria pueden aparecer como un problema aislado, sería trastornos más de tipo genéticos, ambientales, conductuales y emocionales, o bien como un trastorno concomitante a una enfermedad o anomalía estructural. De estas y otras cuestiones hablamos a continuación.

Tipos de padres según la relación con la alimentación

Es fundamental la relación que existe entre los progenitores y los hijos para condicionar una adecuada conducta alimentaria. Los estilos de educación influyen en la aparición de los trastornos alimentarios. El tipo de familia, o padres, se ha clasificado, según su relación con la alimentación en:

  • Estilo responsable o asertivo. Los padres guían al niño en la alimentación, ponen límites sin recurrir a técnicas de coacción. Determinan qué, dónde, cómo y cuándo debe comer el niño, pero le deja decidir cuánto. Es el estilo más adecuado, porque el niño reconoce los signos de hambre y saciedad.
  • Estilo controlador o autoritario. Ejerce un control estricto sobre el niño, incluso con castigo y coacción. Ignora las señales de hambre y saciedad en el niño. Convierte las comidas en un suplicio. Es contraproducentes a medio plazo.
  • Estilo indulgente o permisivo. Es el caso opuesto al anterior. El niño hace lo que quiere, come lo que le apetece, cuando le da la gana, lo que condiciona una dieta inadecuada y un mayor riesgo de obesidad.
  • Estilo negligente. Son progenitores sin sentido de la responsabilidad y desapegados, puede haber problemas emocionales y psiquiátricos. 

Clasificación de los trastornos alimentarios

No obligar a comer a los niños

Los trastornos alimentarios en la infancia se han clasificado varias veces desde que en 1994 se introdujeran por primera vez como categoría diagnóstica psiquiátrica. El estudioso Kerzner estableció una clasificación muy útil y práctica para el pediatra de Atención Primaria.

Establece tres categorías, cada una de las cuales tiene distintos grupos. En estas categorías se toma en cuenta el comportamiento del niño y el estilo de alimentación de los cuidadores:

  • niños con poco apetito,
  • niños con ingesta selectiva y
  • niños con miedo a comer. 

Como hemos señalado cada una de ellas tiene varias subcategorías, o grupos. Además, un único paciente puede ubicarse en más de una a la vez. Los especialistas disponen de diferentes herramientas y cuestionarios, para los niños y los padres, que sirven de orientación hacia el tipo de trastorno conductual ante el que se encuentran.

Grupos o subclases de los trastornos alimentarios

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Dentro del primer grupo de niños con poco apetito, se puede dar:

  • los niños activos pero con un apetito limitado, son niños muy activos, inquietos, más interesados en jugar y hablar que en comer.
  • niño apático, que no tienen interés por la alimentación ni por su entorno. la desnutrición puede ser evidente, y causar depresión.
  • niños con poco apetito por alguna enfermedad.

En los niños con ingesta selectiva, encontramos:

  • Los que tienen selectividad leve, comen pocos alimentos, son caprichosos, pero ingieren la cantidad suficiente de energía y nutrientes.
  • Los niños altamente selectivos son los que su dieta es de únicamente 10-15 alimentos. El ejemplo más común son los problemas de alimentación del autismo.
  • Por último está la ingesta selectiva de origen orgánico.

Los niños con miedo a comer, tiene que ver con cualquier experiencia traumática relacionada con la alimentación. Por ejemplo, en ocasiones, el llanto excesivo del lactante es percibido erróneamente como hambre, y se le fuerza a comer. También el miedo puede venir de una experiencia negativa previa, como atragantamiento, quemarse la boca. Por último puede haber un miedo a comer de causa orgánica, niños alimentados por sonda, esofagitis, estomatitis.

Como ves los trastornos conductuales alimentarios, pueden originarse desde la infancia. Es importante que estemos atentas a las señales que lanzan nuestros hijos, y acudamos a los profesionales, porque en todas estas categorías se incluye además la falsa percepción de los padres, pero más vale pecar de precavida. 


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