Educar a un niño de 12 años es sinónimo de adquirir otro método educativo porque tu hijo está llegando a la preadolescencia. La llegada a esta edad es otra forma de vivir la vida y los padres se enfrentan a otro momento difícil y complejo en su educación.
A partir de los 11 años niños y niñas ya comienzan a lidiar con la pubertad y es cuando acontecen los primeros cambios hormonales, los primeros cambios físicos y su vida social también está en constante cambio. Es aquí cuando el tema hay que tocarlo con delicadeza, pues ha comenzado una nueva etapa para todos.
Cambios importantes que se generan a esta edad
- Su cambio se presta principalmente es su transformación física. En los varones comienza a aparecer el vello púbico y facial, y su voz cambia. En las niñas aparece la menstruación, les crecen los pechos y aparece el vello púbico.
- Se empiezan a preocupar por su imagen física, con tener el pelo de diferente forma y vestir de manera especial.
- Este cambio hormonal hace que se focalicen mucho en ese cambio y tengan que lidiar mucho más en enfocarse en sí mismos, en sus pensamientos y en sus cambios de humor. Por eso es importante que no decaiga la falta de confianza.
- Se dejan influenciar mucho más por las amistades y dejan de lado las opiniones de los padres. En este caso demuestras estar de mal genio y son más conflictivos.
- Su carga y cambio de trabajo escolar les puede hacer sentir mucho más estresados, algunos niños pueden sentir problemas alimenticios y otros pueden llegar a sentir tristeza y afectar a su rendimiento escolar. Otros niños prueban a consumir drogas y alcohol y empezar a mantener relaciones sexuales descontroladas.
Cómo educar a un niño de 12 años
Generalmente llegado este momento la situación ha creado mucha confusión entre los padres. La primera pregunta planteada es que si durante los años atrás de su educación, se ha hecho todo correctamente. No obstante, esta pequeña etapa es ese pequeño ensayo de la vida, aquí los niños tienen que empezar una adaptabilidad y deberían mirarla de forma positiva.
- Si los niños comienzan a desenvolverse a sus nuevos cambios de forma positiva tendremos actitudes mucho más evolutivas y positivas, esto es el equivalente a que se eduquen sintiendo mucha más seguridad y autoestima.
- Por lo tanto, su rebeldía no deberíamos tomarla como algo personal. Es mejor echar la culpa a sus hormonas que a su propia actitud, porque generamos muchos más conflictos.
- Cuando los niños estén contestones no debemos jugar a su mismo juego. Seguramente esté esperando el mismo tipo de contestaciones y en el mismo nivel de hostilidad. El método de no ponerse a la misma altura y teniendo una conversación tranquila funciona. Hay que dar prioridad a comentar y pedir las cosas con tranquilidad y tomar ejemplo de que nosotros también lo hacemos.
- Hay que hacer sentir que observen que tenemos empatía hacia ellos, que les vamos a tratar con honestidad y así podemos acceder a ellos con más facilidad. A partir de aquí es mucho más fácil dirigirles a cualquier opinión o consejo siempre que sean decisiones saludables para ambos.
- Convierte tu día a día en una preocupación, que observe que te preocupas por lo que hace (no confundir con tener control). Conoce a sus amigos y lo que hacen cuando salen, muestra preocupación por sus tareas escolares y ayúdale a tomar esas decisiones correctas.
- Respetar su intimidad es muy importante. No podemos tener control sobre todo lo que hace porque eso agobia, pero tampoco podemos mostrar desinterés total por lo que hace.
- Y siempre mostrar afecto y empatía. Estos niños aunque necesiten ahora tener más intimidad y demuestren más desinterés por la unidad familiar no significa que no sigan necesitando afecto, quizás es cuando más lo necesiten.