Ser madre soltera no es fácil, como tampoco lo es ser madre en una relación de pareja. Los hijos en mayor o menor medida son demandantes, necesitan atención constante y cuidados que en ocasiones pueden resultar abrumadores. Porque en general, esa atención que requieren los hijos se les presta sin miramientos, pero con el añadido de que eso significa dejar de lado las propias necesidades.
La dificultad para una madre soltera es mucho mayor, puesto que no cuenta con el apoyo del otro progenitor. Y esa ayuda es necesaria, aunque se hagan todos los esfuerzos del mundo y las mujeres se conviertan en super mamás, contar con la ayuda y el apoyo de otra persona es muy importante. No obstante, no es necesario que esa ayuda provenga exclusivamente de una pareja, puedes delegar en familiares y amigos que sin duda te facilitarán la tarea.
Ser madre soltera, una dificultad añadida
Para la mayoría de las mujeres, delegar en otras personas el cuidado de los hijos es algo terriblemente complicado. Quizá porque aún se conserva el sentimiento de que las mujeres deben poder con la maternidad y el cuidado de los hijos, remanentes de una época antigua, obsoleta y poco efectiva. Pedir ayuda es necesario, porque la vida no consiste exclusivamente en criar a los hijos y no puedes dedicar todo tu tiempo a esa labor.
Así que no te sientas culpable si de vez en cuando pides ayuda a tu familia, amigos o personas de confianza. Tampoco cuando necesites esa ayuda para poder hacer algo personal, porque eso también es algo que comparten muchas madres. Tienden a pensar que solo pueden dejar a los niños al cuidado de otras personas cuando ocurre algo de fuerza mayor.
Sin embargo, contar con la ayuda de otras personas para ir a la peluquería, al gimnasio o para dar un paseo en solitario, te ayudará a ser mejor madre porque te sentirás más feliz y a gusto contigo misma. Hoy se celebra el Día Internacional del Soltero, y, con motivo de esta celebración, queremos compartir contigo estos consejos para disfrutar de una maternidad en solitario mucho más feliz y placentera.
Pide y acepta la ayuda que te ofrecen los demás
Ya lo aventurábamos más arriba, contar con ayuda es necesario, es un desahogo y si tienes la posibilidad, no dejes de contar con ello. Las personas que se ofrecen a ayudarte con tus hijos, lo hacen con toda la buena intención, si no, lo más normal es que no lo hiciesen. Si son personas de tu confianza, aprende a practicar el desapego emocional y deja que tus hijos aprendan a relacionarse y confiar en otras personas.
Vive tu vida
Eres madre sí, también eres soltera (o no), pero eso no te convierte en un ser sin individualidad y sin necesidades. Trabaja para conseguir la mejor versión de ti misma, sin presionarte, pero sin abandonarte a la idea de que ahora eres madre y lo demás puede esperar. La maternidad te cambia la vida, es un proceso largo y en mayor o menor medida complicado, pero no debes dejar que te absorba, si no aprender a adaptarte a ella.
Cuida de ti misma
Las madres tienden a volcar todos sus cuidados y protección a los hijos, olvidando muchas veces cuidar de si mismas. Si tu no te cuidas, si tu no estás bien de salud (física y emocional), no podrás darles a tus hijos lo mejor de ti, porque siempre estarás al 50 por ciento de tus posibilidades. Prioriza y planifica, de esta forma podrás encontrar esos momentos que necesitas para arreglarte las uñas, ir de compras o tomar un café con otra persona.
Porque sí amiga, tú también tienes derecho a conocer a otras personas y tener relaciones. Siempre que lo hagas de una forma responsable, sin involucrar a tus hijos en relaciones que no sean estables, para que no sufran con tantos cambios, tienes el derecho y la obligación de satisfacer tus necesidades. Independientemente de lo que opinen los demás, tu vida te pertenece y ser madre soltera no te debe impedir disfrutar de ella.