Es muy raro que haya algún padre que no pierda la paciencia con sus hijos una vez al día. Educar a un hijo no es una tarea nada sencilla y fácil y hay ocasiones en los que hay que armarse de mucha paciencia para no terminar montando un cristo. Los niños no entienden de agobios ni de horarios, algo que termina por desesperar a la gran mayoría de padres.
Sin embargo y en contra de lo que puedan pensar los adultos, esta clase de problemas no se deben a la culpa de los pequeños ya que como niños que son tienen sus limitaciones y no se les puede pedir que se comporten como auténticos adultos. En tal caso la paciencia es la clave a la hora de evitar posibles problemas que afecte a todos.
El estrés diario
El día a día de cualquier adulto y padre es demasiado estresante para que lo puedan entender los más pequeños de la casa. No se les puede pedir que desayunen lo más rápido posible y que corran a la misma vez que nosotros. El ritmo de los adultos no puede ser el mismo que el de los niños y ahí es donde vienen la mayoría de los problemas diarios. No se les puede pedir que se estresen como sus padres y en este momento es cuando entra de lleno la paciencia.
Hay que saber separar la vida laboral de la familiar y no arrastrar a los niños al estrés diario de los padres. La mayoría de las discusiones entre los padres y los hijos se deben al hecho de que los adultos apenas tienen paciencia con la actitud de los pequeños y terminan por gritar y discutir varias veces al día. Acto seguido te damos una serie de consejos y de pautas a seguir para conseguir mucha más paciencia con los hijos:
- Lo primero que debes hacer es sentarte con tu propio hijo y hablar de que en la casa hay una serie de normas y límites que hay que respetar. Debes hacerle entender que en el caso de no cumplirlas, es normal que termines por perder la paciencia y te enfades con dicha situación. No hay que llegar a ello siempre y cuando sepa aceptar dichas normas todo irá bien.
- También es importante el inculcar a tu hijo desde que es pequeño un valor tan importante como es la paciencia. Debes por tanto predicar con el ejemplo y ser lo más paciente posible para que pueda observar la importancia de tal valor y le sirva en un futuro no muy lejano.
- En el caso de que estés a punto de estallar, lo mejor es irse de la zona conflictiva, respirar hondo y contar hasta diez. Una vez que te encuentres mucho mejor, puedes volver y hablar con tu hijo para solucionar dicho problema. En estos casos lo mejor es evitar la confrontación y hacer de la paciencia la mejor arma posible.
- En ocasiones de mucha tensión y de falta de paciencia, muchos expertos aconsejan el ponerse en la piel del niño y ver el mundo como lo ve el pequeño.
- Otro consejo consiste en elaborar un plan de tareas diarias para que el pequeño sepa exactamente lo que deba hacer sin que llegue a distraerse. Las rutinas diarias son perfectas a la hora de conseguir que el niño pueda aceptar las normas de la casa y acepte a ser responsable.
Por desgracia la falta de paciencia es uno de los grandes problemas que hay en las familias de hoy en día. Los padres pierden los nervios a la mínima y eso no es nada bueno a la hora de educar a los niños y de transmitirle una serie de valores que les ayuden a crecer como personas. Hay que saber paciente en la vida sobretodo en lo referente a la relación con los hijos. Debes comprender que los niños son niños y se les puede comparar con adultos.