Crisis de la lactancia a los 2 años

Dos años de lactancia materna. Tu bebé y tú ya domináis el arte del pecho; tu hijo se agarra a su teta en cualquier posición y tú ya eres capaz de darle de mamar en cualquier lugar. Lleváis casi un año sin notar crisis de lactancia, en las que tu bebé se agobia mientras mama, donde la teta trabaja 24 horas para calmar al lactante que cada vez parece estar más angustiado. Y de repente, de un día para otro, estáis en una nueva crisis. Y una de las más importantes.

A los dos años, un niño experimenta los mismos cambios en el desarrollo que un adolescente. No entienden el «no», y el «espera un momento» es algo que les frustra más que nunca. Y todas pensamos «ahora que la situación estaba tan tranquila, si hasta estaba empezando a ser más independiente…» Ahí está el origen de esta crisis de lactancia tan tardía. El sentimiento de independencia al niño le causa mucha inseguridad.

Desde que nacieron tuvieron un refugio cálido y lleno de amor en su teta. Durante esta transición que experimentan en su forma de ver el mundo, la teta sigue siendo el mejor refugio que conocen. No van a mamar todo el día por vicio o por estar enmadrados; van a buscar su lugar de paz que, aparte de brindarles alimento, les otorga tranquilidad. Además, les ayuda a recuperar la confianza en ellos mismos.

Y es que el camino del crecimiento está lleno de baches emocionales. Informarse de los cambios por los que pasa la lactancia de nuestros hijos es clave para el éxito. Si sigues dándole el pecho a tu bebé después de dos duros años en los que todo el mundo te ha dicho lo poco que alimenta tu leche, el hambre que tiene tu bebé y el vicio que le está cogiendo, enhorabuena. Pero sobre todo tranquila, la crisis de los dos años acabará y todo volverá a la normalidad hasta que comience el destete natural del niño.