Cuando los niños tienen que hacer deberes en verano pierden una parte de la diversión veraniega. Porque las tareas no les permiten desconectar de la rutina escolar. Por ello, cada vez son más las familias que se oponen a la idea de que los niños tengan que hacer tareas durante sus vacaciones, al menos mientras que son pequeños. No es lo mismo estar en la universidad que en primaria y eso es algo que se debe notar.
Sin embargo, todavía son muchas las escuelas que mandan tareas para que los niños hagan deberes en verano. Por lo que si no se puede remediar, lo mejor es buscar la manera de hacer que los deberes en verano sean por lo menos, más divertidos. ¿Quieres saber cómo hacer los deberes de verano de tus hijos más divertidos? Te enseñamos algunos trucos a continuación.
¿Es necesario que los niños hagan deberes en verano?
Hacer deberes en verano en el caso de los niños pequeños, puede ser una forma de evitar que pierdan el hábito de estudio que durante el curso se ha ido forjando. Es algo normal, porque este hábito se adquiere a lo largo del tiempo, lo que se consigue en niños más mayores. Pero una cosa es que los niños mantengan las rutinas de estudios y continúen con su aprendizaje durante el verano y otra cosa es que tenga que ser aburrido.
Para que los niños no asocien los deberes con un castigo, con algo obligatorio y poco apetecible, puedes crear una tabla de tareas. Donde se mezclen trabajos escolares, con otras tareas más divertidas. Por ejemplo, un día se hacen deberes del cole, ayudando al niño para que no esté solo y no se sienta apartado de la familia. Al día siguiente, se hace una tarea divertida, como una receta dulce en la cocina, helados o una manualidad.
El aprendizaje es esencial para los niños, nunca debe frenarse porque de ello depende su desarrollo. Sin embargo, es fundamental no olvidar que el aprendizaje debe estar enfocado siempre en el juego, porque los niños aprenden a través de las actividades lúdicas. Esas son las tareas que no pueden faltar este verano. Las que les ayuden a descubrir su propio cuerpo, desarrollar su creatividad, fomentar la curiosidad, la inventiva y la diversión.
Tareas que deben hacer los niños en verano
Aprender es divertido, los libros son divertidos y todo lo que se aprende se puede utilizar para algo apasionante. Enseña a tus hijos a disfrutar con las cosas que aprenden, porque solo así descubrirán que su esfuerzo tiene sentido, que merece la pena. Por ejemplo, durante las noches de verano cuando el cielo está despejado y se pueden ver las estrellas, aprovecha para enseñarles a tus hijos el calendario lunar.
Si tus hijos todavía no han encontrado el placer de leer, prepara algunas actividades para enseñarles lo apasionante de los libros. No basta con ponerles un cuento por delante y forzarles a leer, hay que motivarles, incentivarles con actividades que atraigan su atención. Crear su propio cuento es una idea perfecta para lograrlo, aprenden a escribir un cuento, pero también a encuadernarlo y disfrutan con todo el proceso creativo.
Con un poquito de imaginación puedes encontrar alternativas divertidas para convertir los deberes de verano en un rato más de juego de las vacaciones. Cosas tan sencillas como hacer polos de helado con frutas, les enseña a los niños cómo se transforma un alimento o como el líquido pasa al estado sólido al congelarse. Jugar a las adivinanzas desarrolla su concentración y el pensamiento lógico. Incluso, jugar a las cartas o juegos de mesa supone un aprendizaje para los más pequeños.
Hacer deberes en verano puede ser muy aburrido y los niños evitarán hacerlos a toda costa. A no ser que en casa descubran que hacer deberes en vacaciones es tan divertido, que estarán deseando volver al colegio para contarles a sus compañeros y su profesora lo bien que se lo han pasado aprendiendo este verano.