La resiliencia es la capacidad de recuperación de uno mismo después de haber sufrido circunstancias adversas. En otras palabras, la capacidad personal de sobrellevar situaciones negativas de la mejor manera posible.
Aunque se trate de un concepto bastante abstracto y difícil de explicar, la resiliencia debe fomentarse en los niños porque es fundamental para una correcta gestión de las emociones. No me refiero propiamente al concepto de resiliencia sino a cómo desarrollarla y experimentarla en sus vidas.
En el entorno en el que vivimos es importante que los niños sepan cómo recuperarse de las dificultades y estén preparados para afrontar sus retos.
Cómo fomentar la resiliencia en los niños
La resiliencia se va desarrollando a medida que el niño va creciendo, proporcionándole herramientas muy útiles para afrontar los retos de la adolescencia y de la etapa adulta.
Aspectos fundamentales para fomentar la resiliencia en los nuestros hijos:
- Las rutinas.Las rutinas diarias aportan a los niños seguridad, especialmente a los más pequeños. Les permiten conocer de antemano las secuencias temporales de las acciones más cotidianas.
- Los hábitos saludables.Desde pequeños debemos aprender la importancia de cuidar de nuestra salud a través de la adquisición de hábitos saludables (alimentación, descanso, ejercicio, etc. ). Una dieta sana y equilibrada es clave para gozar de un buen sistema inmunitario.
La autoestima
Las dificultades nos fortalecen y preparan para afrontar futuros desafíos. Debemos fomentar la confianza de nuestros hijos en ellos mismos y en sus habilidades a la hora de afrontar los problemas. Si los padres solucionamos habitualmente todas las dificultades de nuestros hijos, el mensaje que les estamos mandando es que ellos no son capaces de hacerlo por sí mismos. Eso aumenta su inseguridad y disminuye su grado de tolerancia a la frustración.
Las relaciones personales y familiares
Todos los niños necesitan sentirse amados, respetados y aceptados. Sentir el apoyo familiar y social fortalecerá su resiliencia y les animará a expresar sus emociones y vivencias. Según el Dr.Kenneth Ginsburg ” los niños necesitan saber que hay un adulto en su vida que cree en ellos y que los ama incondicionalmente”. Este pediatra es uno de los colaboradores de la guía creada por la Academia Americana de Pediatría para ayudar a los padres a desarrollar la resiliencia en sus hijos. (Building Resilience in Children. Healthy Children).
Cómo enseñar a un niño a ser resiliente
- El autoconocimiento. Después de enfrentarse a una situación difícil es el momento de reflexionar sobre cómo se ha actuado y lo que se ha aprendido. Este tipo de reflexiones ayudarán al niño a crecer y conocerse mejor.
- La gratitud. Otra de las claves para fomentar la resiliencia es hacer ver a los niños todo lo bueno que tienen en sus vidas y que se sientan agradecidos por ello.
- La positividad. Como padres debemos fomentar una actitud positiva y serena en nuestros hijos a la hora de enfrentarse a los problemas y a los cambios. Aunque en ese momento parezca que se hunde el mundo, sabemos que después volverá la calma. Las cosas malas también tienen una parte positiva y los cambios forman parte de la vida.
- La metas. Anima a tu hijo a fijarse algunas metas que sean realistas y alcanzables. Alcanzar esos objetivos es una forma de experimentar la sensación del logro. Les enseña a ser más constantes y luchadores ante los desafíos de la vida.
Beneficios de desarrollar la resiliencia en los niños
- Permite absorber lo positivo de cada momento o experiencia de la vida.
- Ayuda a asumir situaciones límite con cierta flexibilidad.
- Enseña cómo enfrentarse a los problemas usando las habilidades personales.
- Fortalece ante las adversidades.
- Ayuda a sacar lo mejor de uno mismo.
- Favorece el crecimiento personal
- Refuerza la autoestima
Un niño resiliente sabrá cómo soportar la presión, aprenderá a sobrellevar sus problemas con sentido del humor y sabrá cómo actuar para sentirse sereno si está desbordado. Usará sus habilidades personales para enfrentar situaciones conflictivas y aprovechará sus experiencias de una forma positiva.
En definitiva, afrontará mejor las adversidades de la vida, sabrá superarlas y sacar el máximo provecho de ellas.