La paternidad es una de las cosas más maravillosas e intensas que da la vida. Sin embargo, ser madre o padre no está exento de dificultades, es más, lo más normal es que con la llegada de los hijos se complique la relación de pareja. Por una parte, la reciente mamá sufre una transformación muy importante una vez que llega la maternidad, los hijos transforman, que no cambian, tu personalidad.
El cuidado y la educación de los hijos se torna lo primero en esta nueva etapa de la vida e irremediablemente, supone un importante cambio en la relación. Sin embargo, esto no tiene porqué ser negativo, es cierto que la pareja cambia pero no necesariamente tiene que ser a peor. Para ello, es fundamental que te apoyes en tu pareja para llevar los cuidados de vuestro hijo, que sea una responsabilidad de ambos y que seáis capaces de mantener la comunicación y el respeto por las opiniones de la otra persona.
La nueva dinámica familiar
Antes de que lleguen los hijos, la dinámica de pareja supone compartir las tareas domésticas, los gastos o conservar una parcela de espacio individual, entre otros. Una pareja sin hijos puede organizar viajes, planificar fiestas o eventos sociales de un día para otro, sin demasiada complicación. Pero cuando llegan los hijos, toda la atención y todas las preocupaciones se vuelcan en el nuevo miembro de la familia.
El bebé marca el ritmo de la vida de la pareja, ahora cualquier salida de casa debe organizarse con tiempo. Los viajes de pareja dejarán de existir o se limitarán a ocasiones especiales, si puedes dejar a tu bebé al cuidado de alguna persona de confianza. Los horarios del trabajo, las horas extra, etc, deberán reajustarse ya que el cuidado de tu hijo prima sobre todo lo demás.
Sin olvidar que la economía familiar también sufrirá un importante cambio, ya que generalmente para los padres, priman los cuidados y las necesidades de los hijos, por encima de los caprichos, los viajes o el nivel de vida que se podía permitir anteriormente.
Cambios en la relación de pareja
Uno de los aspectos de la vida de pareja que más se ve afectado, es el que tiene que ver con la intimidad de la pareja. Por una parte, durante algunos meses lo normal es que la reciente madre no tenga el mismo apetito sexual. Los cambios hormonales, físicos y emocionales suponen un importante cambio y es importante respetar ese tiempo que la mujer necesita para recuperarse y sentirse preparada para recuperar la actividad sexual.
Por otra parte, descienden los momentos de intimidad, por no decir que desaparecen durante algún tiempo. El cansancio por el cuidado del pequeño, la falta de espontaneidad para esos momentos íntimos, pueden provocar que la relación se deteriore en cierta medida.
Cómo mejorar la relación de pareja tras la paternidad
Lo primordial es respetar los tiempos individuales de cada uno. Es decir, la madre necesita su tiempo para recuperar una relativa normalidad, ya que nunca volverá a ser la misma de antes de ser madre, lo que no significa que sea peor. Pero también es importante valorar los sentimientos de la pareja, que suele relegarse a un segundo plano y en muchas ocasiones puede llegar a sentirse menospreciada o infravalorada.
Es esencial que mantengáis una comunicación fluida y constante, que no temáis ni escondáis vuestros sentimientos y necesidades. El cuidado de los hijos es trabajo en equipo, asumir las responsabilidades en pareja puede ayudaros a fortalecer vuestros lazos afectivos.
Evita discusiones sin base, ya que el cansancio y la nueva dinámica familiar puede causar discusiones sin sentido en cada momento. Cada uno tendrá su idea sobre cómo deben hacerse las cosas, seguramente tendréis opiniones distintas en infinidad de situaciones, pero no olvidéis que lo que ambos deseáis es lo mejor para vuestro hijo. Por lo tanto, en lugar de discutir por conseguir hacer las cosas como tú piensas, intenta llegar a un acuerdo con tu pareja y juntos podréis mantener una relación de pareja saludable, además de una familia fuerte y unida.