Antes de empezar a desarrollar este post, me gustaría lanzaros un guiño: “no les mostréis el titular a vuestras hijas e hijos, pues probablemente no estén de acuerdo”; y ahora afuera bromas, realmente implicar a los peques desde que son pequeños en la realización del trabajo de la casa, ayuda a que adquieran autonomía, desarrollen diversas habilidades y crezcan en responsabilidad.
Soy consciente de que en muchos hogares, el mero hecho de proponer la participación, puede desembocar en un conflicto. Quizás no entrar en situaciones complicadas depende del lenguaje o el tono que empleemos; quizás de la adecuación de la tarea propuesta a la edad de las niñas o los niños, pero lo cierto es que podemos actuar como facilitadores, pero también propiciando la apatía, incluso la rebeldía. También hablaremos sobre ‘cómo hacer para que ellos acepten mejor las tareas asignadas’. Os invito a seguir leyendo.
¿Por qué las tareas son beneficiosas para los niños?
Cuando se convive con más personas en una casa (como en el caso de una familia con hijos menores de edad), participar en el orden y la higiene del hogar, ayuda a sentir el mismo como ‘propio’, y responsabiliza respecto a su cuidado y mantenimiento.
Pero también aumenta la resistencia a la frustración, pues se deben enfrentar al aprendizaje de habilidades que en principio les son desconocidas; y además renuncian a una parte (pequeña, eso sí) de su tiempo libre. La frustración entonces se convierte en fortaleza, que ellos mismos perciben.
Las quejas sobre la limpieza, el orden o el estado de las diferentes estancias de la casa, son menores cuando los peques tienen iniciativa y colaboran, ya que son partícipes.
Pueden organizar mejor su tiempo, y si bien esto no se nota en edades tempranas, es importante durante la adolescencia.
Como puedes comprobar, todo son ventajas, aunque también es justo reconocer que no es nada fácil, excepto cuando el hábito se desarrolla desde que son pequeños. Es muy importante también que papá y mamá den ejemplo, no en una ejecución igualitaria de tareas, sino mas bien equilibrada, de acuerdo a los horarios de trabajo y a las tareas de cuidado de los niños.
¿A tus hijos les cuesta aceptar que deben colaborar?
Como he comentado al principio, la responsabilidad de participar en casa es compartida, la de que tus hijos tengan un hábito en ese sentido, es tuya.
Consejos para entender mejor a los niños pensando en el momento de desarrollo en el que están.
No olvides que los pequeños viven en la inmediatez, no tienen pensamiento abstracto y sus objetivos con muy a corto plazo y concretos.
Hay tareas que para ti son fáciles pero a un niño de menos de 14 o 15 años le pueden resultar difíciles de terminar; por ejemplo ordenar una habitación por completo, recoger TODOS los juguetes que se han usado, etc.
Les gusta que ‘sus’ espacios sean cómodos, y por lo tanto que se les permita tenerlos (decoración, orden) de acuerdo a sus gustos.
Consejos para manejar la comunicación cuando se trata de que tengan mayor implicación.
- Sé amable y cordial cuando hables.
- Expresa y pon palabras exactas a tus pensamientos respecto de la colaboración (eres tú quién ‘pides’, no ellos quienes desean ‘hacer’).
- En el caso de que quieran proponer, de que deseen enfrentarse a nuevos retos en los que no habías pensado, permítelo (aunque sea supervisando la realización de la tarea).
- Negocia cuando necesites más ayuda, no impongas… no dejes tampoco que te impongan (esto es importante cuando los hijos y las hijas ya son adolescentes).
- Ayúdales siempre que lo necesiten (la presencia requerida y satisfecha ayuda a la posterior autonomía)
- No grites ni humilles cuando no hayan cumplido los compromisos previos.
Recordemos por último que no se trata de eliminar hasta la último mota de polvo, o de que ‘se pueda comer’ en los suelos, sino de que ese lugar que habitáis juntos sea agradable y os haga sentir bien a todos.