Es un hecho bastante recurrente, observar que un bebé cuando se empieza a desarrollar su sistema de comunicación sea gritar. Es lógico pensar que no puede comunicarse mediante el habla, y es por ello que lo haga mediante balbuceos y algunos gritos.
Nuestro sistema de comunicación se desarrolla con el paso del tiempo. Desde que nacemos podemos hacerlo con el lenguaje por medio de gestos o por algún tipo de balbuceo que se irá formalizando con el paso de los años para convertirse en el lenguaje verbal. A lo largo de este proceso es totalmente normal que observemos que un bebé quiera comunicarse mediante gritos.
¿Por qué mi bebé grita mucho?
Un bebé puede gritar durante su desarrollo con cierta frecuencia. Su forma de expresar sus emociones será uno de los motivos por los que pueda expresar su alegría, rabia o enfado. Más adelante cuando el bebé quiere comunicarse y apenas pueda pronunciar una palabra, es cuando querrá expresarse mediante fuertes sonidos e incluso gritando.
El niño puede observar cuando sus gritos son efectivos y así poder mantener una comunicación más efectiva. Si lo hace de este modo podrá darse cuenta de que sus peticiones o deseos, o llamadas de atención, son cumplidos por el progenitor. De esta forma sabe que mediante los gritos sus reclamos están suplidos.
Solo hay que observar que estos gritos pueden llegar a estar extrapolados cuando se vuelven constantes y distendidos al estar el bebé enfadado y de mal humor. Quizás el ambiente que se acontece en casa puede estar desmedido a fuertes ruidos y muchos enfados, entonces el niño solo actúa por imitación.
Etapas de comunicación de un bebé
Un recién nacido se comunica mediante el llanto. Es su forma de comunicarse o de exteriorizar sus emociones, entre ellas el hambre, sueño, incomodidad…etc. Más adelante cuando el bebé cumple 1 mes y hasta los 3 meses comienza a gritar y a vocalizar sonidos.
Entre los 4 a 6 meses los bebés ya comienzan a pronunciar sus primeras consonantes, en este momento son más conscientes de su comunicación y saben cuándo es el momento de gritar, reírse e incluso de imitar algún sonido.
Desde los 6 meses hasta que cumple el año ya comienza a pronunciar algunas pequeñas palabras. Les encantan escuchar su propia voz y modulan la forma de hacerlo incluso gritando. Cuando el bebé alza la voz, es porque ya sabe cómo captar la atención, sabrán como potenciarlo para recurrir a lo que quiere. No hay duda que el niño sabrá cuando usar los gritos, en muchas ocasiones como recurso.
Cómo enseñar al bebé a modular su voz
El niño o la niña se han de criar bajo un ambiente tranquilo. Una familia que le guste bocear y dónde siempre haya altos ruidos serán la clave para que sepan que pueden gritar sin ningún problema.
- Habla a tu hijo con calma y bajito. Hay que evitar la tensión para que puedan acostumbrarse e imitar todo comportamiento sosegado y con un ruido bajo.
- Si el niño es demasiado pequeño tienes que preparar las salidas cubriendo todas sus necesidades y así no se irrite con cualquier hecho puntual que necesite. De esta forma no se enfadará y se podrán evitar algunos de los gritos.
- Si es demasiado caprichoso y pide las cosas gritando, hay que modular el momento, comportarse con neutralidad, siendo delicado, hablar bajo y sobre todo enseñarle a que las cosas se piden sin gritar. La paciencia es una de las virtudes que han de nacer dentro de nosotros y hay que derivar este momento a hechos como éste, dónde prime la seguridad y la confianza entre padres e hijos. Puedes leer nuestros “recursos para trabajar las emociones con los niños”.
Practicar las emociones de los niños es una tarea difícil, y más cuando lo tenemos que hacer delante de las personas y en un lugar público. En este punto debemos de controlar también nuestras propias emociones y saber controlar el momento. Ante la atenta mirada de mucha gente es mejor intentar seguir con tu proyecto, no pensar que hay gente y mantenerte firme.