¿Parto programado? El nacimiento tiene el momento correcto.

el parto llegará en el momento que el cuerpo esté preparado

¿Cuántas personas pensáis que el embarazo dura 40 semanas? Si contamos desde el primer día de la última menstruación, los embarazos duran una media de 40 semanas. Pero una media no significa que sea una norma obligatoria a cumplir para el inicio de todos los partos. Lo importante a estudiar en los embarazos es el desarrollo del bebé y no la duración del mismo. Pero parece que cuando llega la semana 39 y no hay síntomas que anuncien el inicio del trabajo de parto, comienzan las prisas tanto para los médicos como para algunas mujeres cansadas del embarazo.

Está demostrado que no todos los bebés se desarrollan a la misma velocidad en el vientre materno. Al igual que los niños no crecen a la misma velocidad, los bebés intrauterinos no están listos para nacer en el mismo intervalo de tiempo. Sabiendo que no todos van a la misma velocidad, parece ilógico provocar un parto en un embarazo en el que mamá y bebé están sanos y sin ningún problema. Es cierto que hay algunas excepciones en las que es necesaria esta inducción ya que es posible que la salud del bebé peligre y que el cuerpo de la madre no sea capaz de ponerse por si mismo de parto. No obstante, tenemos que conocer las alternativas existentes a la inducción; el cuerpo tiene mecanismos que podemos utilizar.

¿Por qué hay tantas inducciones?

Como ya hemos dicho, no todos los bebés llevan la misma velocidad en su desarrollo. Algunos estudios indican que el parto se inicia en el momento en el que el bebé secreta una sustancia al líquido amniótico fruto de la maduración pulmonar finalizada. Esta sustancia avisa al cuerpo de la madre de que el momento de su labor de parto ha llegado; básicamente avisa de que el bebé ya está listo para nacer.

A veces esto sucede en la semana 38, otras veces en la semana  41. Pero ya a partir de la semana 41 los médicos empiezan a “acosarnos” con la inducción al parto y muchas veces la poca información que disponemos nos lleva a pensar que es lo mejor. En estos casos lo que se debería de hacer es un seguimiento más exhaustivo de la madre y del bebé; olvidar por un momento la posibilidad de provocar un parto por parte de los médicos

Está comprobado que cuanta más prisa se le mete al bebé para nacer, más se retrasa. Y lo mismo a la madre; cuantas más prisas tenga para parir, peor. El miedo a la inducción mantiene a la embarazada en un estado anímico de nerviosismo; el mensaje que le llega al bebé no es bueno por lo que decide retrasar su llegada al mundo. En todas las especies animales, las hembras se ponen de parto cuando más tranquilas están.

Estos momentos suelen coincidir con las noches en las que la mayoría de los depredadores duermen. Imaginaros por un momento que a una vaca la estuvieran repitiendo día a día que le van a pinchar un sinfín de fármacos y drogas para que su bebé nazca ya. Tanto la madre como el bebé tendrán ansiedad. Si extrapolamos esto, entenderemos porqué la especie humana es la que más inducciones necesita. En el reino animal de las madres no hay ninguna prisa para que una cría nazca.

control por ecografías del bebé

La doble cara de las inducciones

A partir de la semana 40, incluso a veces en la semana 39, empiezan a meternos prisa para que nos pongamos de parto. Como si fuera tan fácil como apretar un botón. Antes de las inducciones están los temidos tactos y las peligrosas maniobras en las que presionan tu cuello uterino para ayudar al inicio del parto. El cuerpo de la mujer ha estado preparándose durante todo el embarazo para aguantar y sobrevivir al alumbramiento. Las ultimas semanas son muy importantes.

Durante las ultimas semanas de embarazo es posible ir dilatando poco a poco sin darnos cuenta. Así se está facilitando la posterior larga dilatación que tiene por delante. Se dan muchos casos de mujeres con 2 centímetros de dilatación durante 1 semana entera sin ninguna contracción aparente. En el momento en el que el cuerpo y el bebé dan el aviso, ha comenzado la labor de parto sin necesidad de maniobras de estimulación.

Casos en los que la inducción está justificada

Llega un momento en la gestación en la que el bebé no puede crecer más ni puede desarrollarse más en el vientre materno. Junto con la maduración pulmonar, estaría listo para nacer. A veces por distintos motivos no llega el inicio del parto y es necesario ayudar al cuerpo de la mujer.


Si bien es cierto que los bebés tienen su instante preciso para nacer, hay algunas circunstancias que justifican la inducción:

  • La placenta no está funcionando adecuadamente.
  • La presión arterial de la mujer es elevada y acarrea un riego para su salud y la del bebé.
  • El saco amniótico se ha roto pero no aparecen las contracciones.
  • Infecciones.
  • Algunas enfermedades de la madre, tales como la diabetes o la enfermedad del Rh.
  • Bebé que está perdiendo masa y no crece en el vientre materno.
  • control de la tensión en el embarazo

Casos en los que la inducción no está justificada

Si estás embarazada de más de 40 semanas y si tu embarazo ha sido normal hasta ahora, puedes negarte a una futura inducción. Los médicos han de informarte de los pros y los contras. La inducción al parto es un proceso doloroso e invasivo; además, somete al bebé a mucho estrés. Por lo general es bastante común que la dilatación se vea dificultada por ser «forzada».

Así que es importante saber en que casos no hay necesidad de una inducción:

  • No superas aún la semana 40 de embarazo.
  • Tu embarazo se ha desarrollado con normalidad y no hay riesgos.
  • El crecimiento del bebé no corresponde a la semana de embarazo en la que estás según la fecha de tu última regla. Es posible que tu bebé tenga 1 ó 2 semanas menos que lo que indica tu FUR. Cuando hablamos de un bebé intrauterino, 1 ó 2 semanas significan mucho.
  • No hay ninguna enfermedad materna o fetal peligrosa para la vida.
  • Inducciones a petición del paciente: aunque parezca mentira, hay personas que quieren que su hijo nazca un día concreto, aunque sea necesario para ello la inducción al parto.
  • La cantidad de líquido amniótico es totalmente normal y no hay pérdidas.
  • No hay sufrimiento fetal.
  • En algunos centros hospitalarios los médicos “aconsejan” a la mujeres inducir el parto antes de que llegue un fin de semana si ya están de 41 semanas ya que los fines de semana no llevan control prenatal. Inducir un parto porque los médicos no trabajarán ese fin de semana es algo más que cuestionable.

Una gran parte de las inducciones terminan en cesárea y da igual la edad de la mujer. Cuando te lo explican se ve muy sencillo: gotero de oxitocina y epidural porque te va a doler mucho y a esperar. Lo que no te cuentan es que normalmente, y en el momento en el que te pones en manos de los médicos, eres ya una paciente más.

Las prisas por hacer que el bebé nazca lleva a que rompan las bolsas amnióticas precozmente. Esto obliga al bebé a nacer en un periodo no superior a 12 horas. Un cuerpo que no ha dado la orden de que está preparado para dilatar, por mucha oxitocina que se le ponga, no funcionará bien. Además, la epidural a muchas mujeres les detiene el trabajo de dilatación y  las contracciones.

algunos partos programados acaban en cesarea

¿Qué hago si ya me acerco a la semana 42?

Si tu bebé y tú estáis bien no hay necesidad de pasar por una inducción. Como ya hemos explicado, es un proceso doloroso y muy estresante para ambos.

Hay algunas formas más naturales para ayudar al inicio del parto:

  • Las relaciones sexuales.
  • Caminar.
  • Hacer ejercicio muy moderado.
  • Algunos alimentos como por ejemplo el chocolate. Hay quien dice que el picante también ayuda.
  • La relajación; fundamental para transmitirle a tu bebé que estás preparada para darle la bienvenida.
  • Estimulación en los pezones; a muchas madres que dan lactancia cuando están embarazadas les recomiendan tener precaución. La estimulación del lactante al pezón puede iniciar el parto.

Finalmente y se inicie como se inicie, recuerda que es importante tener conocimiento sobre todas las opciones. El poder para elegir desde el conocimiento da mucha paz. El miedo nos puede jugar una mala pasada y nuestro día más esperado puede tornarse amargo. Nuestro cuerpo es una maquinaria perfecta que trabajará como tu cerebro le permita; cálmate.

Si finalmente es necesaria la inducción, intenta aguantar un poco sin la epidural. Ayudarás a que el cuerpo entienda el estímulo que se le está mandando. La clave del éxito tanto para partos naturales como para partos inducidos es trabajar la paz con nuestra mente. Las respiraciones que han de acompañar al trabajo de parto harán su función si te las tomas enserio. Todo fluirá y el final será el mismo: por fin conoces a la persona que ha estado creciendo en tu interior, a la que has dado vida y por la que ahora vivirás.


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