¡Hola mamás! ¡volvemos con nuestra cerdita preferida! Las que tengáis peques ya conoceréis un poco los gustos de Peppa Pig y sabréis de su afición, junto con la de George ¡de saltar en los charcos! Y por supuesto, si además tienen barro ¡mucho mejor! (será por eso de ser cerditos…).
Seguro que vuestros peques comparten gustos con Peppa y con George y les encanta todo lo que implique agua y barro, y si se manchan ¡mucho mejor! Desde el mundo adulto, ensuciarnos nos puede parecer un incordio, porque a la vez, pensamos en lo que todo esto implica, limpiar la ropa, posibilidad de que las manchas no se quiten, mojarnos, quedarnos fríos y a la vez enfermar… Pero los pequeños no son conscientes de todos estos inconvenientes, ellos solo perciben la parte positiva de jugar en el barro, saltar en los charcos, jugar con las manos, ensuciarse, mancharse… Y lo cierto es que nosotros hemos olvidado ya lo divertido que era esto y lo bien que lo pasábamos cuando nos dejaban jugar con libertad en nuestra infancia.
La libertad es el primer requisito para el desarrollo de la imaginación en las primeras etapas de la infancia. Dar libertad para jugar y experimentar con los elementos del entorno, ayuda a los más pequeños a descubrir el mundo que les rodea sin barreras y a aprender por ellos mismos.
En este vídeo de Juguetitos, vemos lo bien que se lo pasan Peppa y George saltando en un charco de barro, pero también, cuando llegan sus padres obedecen y salen del agua. Además, se secan para no coger frío. Con esto aprendemos a que existe la posibilidad de jugar libremente, pero que cuando los padres marcan el momento del final del juego, hay que obedecer a la primera y hacer caso de todas sus instrucciones.