¿Por qué mi hijo no duerme incluso aunque tenga sueño?

mi bebé no duerme

Es muy frecuente que los padres pasen por épocas en las que sus hijos tengan sueño y no se duerman ni a la de tres. En esos casos, el pensamiento común es que el bebé está tratando de resistirse a dormir. Pero la realidad es que cuando un niño no duerme a pesar de estar cansado el problema está en la dificultad para relajarse.

Relajación y autorregulación: cuando un bebé no duerme

Todos nosotros estamos constantemente tratando de encontrar un estado básico de calma y equilibrio, en el que nuestras necesidades, al menos las primarias, estén satisfechas.

– Si tenemos hambre estamos desequilibrados hasta que comemos.

– Cuando tenemos sueño estamos desequilibrados hasta que nos dormimos.

– Si tenemos ansiedad, estamos desequilibrados hasta que nos calmamos.

Y así con todo. Intentamos constantemente mantener nuestra activación fisiológica dentro de una ventana óptima: latidos, presión, sudoración, etc.

Es algo que hacemos todo el tiempo, la mayoría de las veces sin siquiera darnos cuenta. Los bebés también lo hacen. Si, a pesar de tener sueño, no puede encontrar ese equilibrio óptimo, el bebé no dormirá.

Relájate y cierra los ojos para poder dormir.

En el momento del sueño, el problema suele ser precisamente el estado de activación en el que se encuentra el niño.

Dormirse no siempre es fácil, da miedo. Hay que dejar las cosas, a mamá y papá, hay que dormirse con confianza.

En mi experiencia muy personal he observado que lo último que hacen los niños es cerrar los ojos. Cuando los adultos nos acostamos, cerramos los ojos y esperamos dormirnos. Los niños se van a la cama, tratan de calmarse de mil maneras, luego empiezan a respirar hondo y solo entonces cierran los ojos. Sienten que es peligroso dejar de mirar. Como si primero debieran estar seguros de que pueden relajarse.

¿Qué hacer si un niño no duerme aunque esté cansado?

Lo primero que hay que hacer cuando un bebé no duerme es ponerle las cosas fáciles a su cerebro: es hora de dormir y relajarse, puedes estar tranquilo de que todo va bien.


Si tu bebé no está durmiendo puede ser que llegue un poco inquieto a la hora de dormir y aún no esté relajado. Si empiezas a pensar que trata de resistirse a dormir, inevitablemente te pondrás nerviosa porque crees que es una cuestión de voluntad. Intenta recordar que es un animal pequeño que no puede autorregularse, para encontrar la calma, el estado óptimo de equilibrio interior para dormir. Un niño que no duerme necesita que lo ayuden a regularse.

mi hijo no quiere dormir

Tu bebé no duerme, ayúdalo a calmarse

Si tu bebé no duerme, tu objetivo debe ser ayudarlo a calmarse, no lograr que se duerma. El sueño vendrá solo, cuando haya encontrado la serenidad.

Si llora: escucha su llanto. El llanto es comunicación, trata de escuchar lo que te tiene que decir. ¿Es un grito? Espera unos minutos, quedándote ahí junto a él sin hablar ni hacer nada. Escucha lo que sucede. Si el grito desaparece, llora pero no siente desesperación ni dolor, sino más bien un gemido, entonces tu bebé probablemente no esté durmiendo porque no puede dormir. No es que no quiera, es que no puede calmarse.

Dormir cuando se tiene sueño es fisiológico, al igual que comer cuando se tiene hambre. El problema, si lo hay, está en la posibilidad de calmarse: eso casi siempre es también una cuestión relacional.

Si los gritos o los temblores no desaparecen y tu bebé sigue sin dormir, pregúntate si algo le duele, le molesta, si puede tener hambre, etc.

Un apunte sobre la posibilidad de que tengan hambre: en los primeros meses en bebés amamantados a partir de una hora/hora y media, la respuesta suele ser Sí. Considera que se cuenta la hora y media desde que empezaron a comer por primera vez, así que si empezaba a las 2, acababa a las 2.40 ya las 3.30 te vuelve a pedir comida, ha pasado hora y media.

A menudo, el bebé no duerme debido a los estirones de crecimiento.

Tu bebé nace y durante los primeros tres días duerme todo el día y toda la noche. Entonces cambia. ¿Porque? Porque ha crecido. A los 40 días vuelve a cambiar. Porque ha crecido. A los 3 meses, a los 5, a los 6, a los 8, a los 9, a los 12, a los 18, a los 20 ya las campanadas de cada año y también en algún otro momento entre un año y otro, normalmente entre las campanadas del mes. Los bebés crecen a borbotones, no solo por días. En esos tiempos es como si se estuviera produciendo una pequeña revolución, que trae consigo nuevas habilidades, alguna regresión (una regresión del sueño a menudo explica por qué un niño no duerme) y grandes cambios.

Los brotes de crecimiento suelen durar unos días, aunque algunos pueden tardar un poco más. Los brotes de mayor crecimiento más habituales son el de 5 meses, el de 18 y el de dos años.

Durante los primeros 40 días, limítate a observar el ritmo propuesto por tu bebé. Digo esto sobre dormir, sobre amamantar, sobre sostener. En conjunto. Te ayudará a conocerlo. Hago hincapié en los primeros 40 días porque también tendrás que recuperarte del parto (aunque seas papá) y de la nueva presencia.

Una regresión temporal explica por qué tu bebé no duerme

Los estirones de crecimiento producen pequeñas revoluciones y regresiones en el sueño. Esto quiere decir que un niño que por ejemplo ha dejado de despertarse vuelve a hacerlo, en los días de la toma. Recordemos siempre que hay una cuestión de autorregulación de por medio, un niño que no duerme por un estirón no lo hace a propósito. Está aprendiendo una nueva habilidad, trata de calmarse y no puede. Además, cada nueva competencia es autonomía y la autonomía trae consigo la necesidad de asegurarse de que mamá y papá estén siempre ahí; por lo que puede ser que tu bebé no duerma y que por unos días vuelva a ser como cuando era un poco más pequeño.

Nuestros bebés son nuevos y lo son continuamente muchas veces durante sus primeros años de vida. Nosotros en cambio somos continuidad, esto les ayuda a regularse y precisamente por eso piden nuestra presencia.

Ante un niño que no duerme demasiado, los padres empiezan a pensar que su hijo ha cambiado para siempre, que ahora el niño no duerme y ya no dormirá por despecho o hasta que sea grande.

Bueno, si tu bebé no duerme a menos que tenga problemas como que le salen los dientes, dolor de barriga o cualquier otra cosa que tengas que esperar pacientemente a que pase, probablemente sea un crecimiento acelerado. Y también pasa lo mismo, solo hay que esperar pacientemente a que pase.

Los brotes de crecimiento tienen un principio y un final

Muchas veces los padres no lo sabemos y por eso pensamos que desde ese día ese niño ya se resiste a dormir: cuando entramos en ese bucle se convierte en un niño que no duerme.

Tu bebé en este momento no duerme, pero es solo un estirón, no es que haya dejado de dormir.

¿Qué pasa con las necesidades de autorregulación de los padres? ¿Y sus arrebatos… de ira?

Incluso para nosotros los adultos, puede que no sea fácil calmarnos.

No entendemos que no puedan regularse. No entendemos que sus movimientos y rodadas buscan una posición y no entendemos que necesita que le ayudemos a calmarse, no a dormir. Así que nos acostamos en un colchón hecho de tensión, preocupación, control, una sensación de insuficiencia, impotencia, ira. Es imposible para cualquiera dormir.

También nos afecta a nosotros y tenemos derecho a decir: “Estoy cansada, no puedo regularme, me siento incapaz y necesito ayuda”. Y cuanto menos éxito tenemos, más frustrados nos sentimos. Debemos autoregularnos  calmarnos nosotros primero para poder calmar a nuestros hijos.

Cuando un bebé no duerme: una regulación recíproca

Con el tiempo te das cuenta de que las cosas se desarrollan más rápido si cumples los deseos del pequeño, tratando de hacer lo menos posible para que duerma pero permanecer allí para que no se moleste o para ayudarlo a calmarse.

Si estamos nerviosos es mejor que no lo acostemos aún, no le pasará nada. Y se dormirá a medida que nosotros estemos más calmados.

Hacemos lo mejor que podemos como padres, en algo somos fuertes, en algo no tanto. Si nos supera la situación, no nos debe preocupar pedir eyuda.


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