La alerta sanitaria está desluciendo la celebración del Día Internacional de las Bibliotecas, pero también ha hecho que, este año, se ponga en valor de las bibliotecas. Esta es una oportunidad para que desde casa podamos ofrecer a nuestros niños y niñas el seguir accediendo a las bibliotecas. La mayoría de ellas siguen prestando algunos servicios online, e incluso Club de Lecturas virtuales.
Las bibliotecas infantiles, las escolares, o los espacios dentro de las bibliotecas generales dedicados en exclusiva para niños, son fundamentales para un aprendizaje rico, no solo en conocimiento, sino en experiencias.
¿Para qué sirven las bibliotecas infantiles?
La realidad es que las bibliotecas ya no son el único espacio de acceso que tienen los niños a los contenidos, ya sean lúdicos o formativos. Sin embargo, llevar a nuestros hijos a espacios en los que puedan deleitarse con libros, vídeos, cuentacuentos, es una experiencia. Lamentablemente, en estos momentos no pueden disfrutar de manera adecuada de ello, pero no por ello debemos renunciar.
La UNESCO señala la importancia de las bibliotecas infantiles para crear y consolidar los hábitos de lectura en los niños desde los primeros años. Gracias a esto se estimular su creatividad y facilita su desarrollo. Y sobre todo, se forma a los usuarios del futuro.
Para los niños existe la necesidad de lectura por eso es fundamental que si ahora no podemos acercarnos a las bibliotecas tratemos de montárselas en casa, o en su propia habitación. Con que le pongamos libros a su alcance, a su altura, lo estaremos haciendo. Si además decoramos y creamos un espacio íntimo para leer le estaremos formando una auténtica biblioteca. No hace falta que tenga muchos libros, con la edad el niño irá cambiando de gustos y de lecturas. Lo interesante es que sienta como suyo ese espacio.
Bibliotecas infantiles como espacios colaborativos
Las bibliotecas, en el imaginario común son lugares de silencio. Y lo son, pero en las infantiles, también se llenan de risas, y actividades participativas que sirven para enriquecer las experiencia. Uno de los valores que aportan las bibliotecas es que estos espacios enseñan a los niños a ser autónomos, disciplinados y responsables, tanto con su sistema de acreditación personalizada, el carnet, como en el préstamo de libros.
Leer no es lo único que se aprende o se hace en las bibliotecas, sino que también podemos acudir a ellas para recibir talleres de diferentes temas, escuchar y participar en cuentacuentos, en español y otras lenguas o formar parte de los Club de Lecturas. Participar en actividades dentro de la biblioteca es otra forma de acercarse a ello.
Las bibliotecas infantiles se convierten en espacios colaborativo en los que es importante que el niño o niña elija un libro que realmente le llame la atención. Para eso abrirá, tocará y mirará muchos, así que tengamos un poco de paciencia con ellos. Y puede ser incluso, que elija libros que ya se ha llevado a casa.
Importancia de la biblioteca escolar
Las bibliotecas escolares forman parte de las bibliotecas infantiles. Gracias a los profesores y profesionales que están al frente de estas bibliotecas los niños y niñas van amando, y escogiendo las lecturas que están más allá de las recomendaciones u obligaciones curriculares.
Las bibliotecas escolares deben cumplir, además de los objetivos de las bibliotecas infantiles los propios del recinto en el que se ubican. Es decir, potenciar el gusto por el aprendizaje. Deben servir de complemento y acompañamiento a lo que están estudiando en clase. Esto no significa que sean aburridas, cada vez más los programas de enseñanza implican un alto grado de motivación. La mejor manera de conseguir esta motivación es haciendo las bibliotecas escolares atractivas.
Como conclusión podemos decir que es muy importante que la biblioteca infantil sea un lugar al que los niños vayan, no para mantener una disciplina férrea, sino queriendo disfrutar y escoger nuevas aventuras. Y sobre todo, tienen que dar respuesta a las preguntas, necesidades y curiosidades de los niños y niñas del siglo XXI.