El amor incondicional es uno de los conceptos más populares en este momento, hay como una especie de mitología a su alrededor. Parece que el amor incondicional, o los estereotipos de éste, sea el único válido, y todos los demás son desviaciones de este modelo ideal.
Tradicionalmente al amor de madre, tanto de hijo a madre, como el de una madre hacia sus hijos, se ha considerado incondicional y puesto como ejemplo. Es por eso que queremos explicarte en qué consiste este concepto, de manera psicológica.
Concepto y definición de amor incondicional
El amor incondicional, en su concepto, es la forma de amar que se ejerce sin condiciones. Ambas partes la ejercen sin que exista un beneficio concreto, más allá de la experiencia del amor en sí mismo. Si solo nos quedásemos en esta definición, esta manera de amar, al no ser correspondida, y eso no se pide en el amor incondicional es propensa a generar sufrimiento.
También podemos definir el amor incondicional como el sentimiento y la acción de querer el bien de la otra persona por y sobre todas las cosas. Sin importar las consecuencias. Este amor también se define con el concepto griego de agape.
Pero más allá de la mitificación y teoría debemos ser conscientes, como madres, que el amor maternal es un aprendizaje. Es una práctica constante y podemos considerarlo como un amor verdadero, aunque para ello debemos considerar y reprogramar algunas ideas sobre el amor.
Algunas pautas e ideas sobre el amor incondicional
Que el amor sea incondicional, si queremos llamarle así no significa que sea un amor ciego. Es un proyecto a largo plazo por lo tanto es un amor de ojos bien abiertos. En este sentido la condición de incondicional implica una acción más que un sentimiento. Para buscar el bien del ser amado, en este caso nuestro hijo o hija. es que realizamos una serie de acciones. Estas acciones pueden tener consecuencias positivas o negativas, pero el origen de ellas es el amor.
¡Ojo! porque bajo esta etiqueta de amor incondicional puede llegar a esconderse una dinámica de protección y control tal sobre los hijos que llegue a convertirse en una tiranía en miniatura. Padres y madres cuidan de sus hijos independientemente de si estos lo aprecian o no.
A veces bajo el amor incondicional se esconden dinámicas psicológicas y relacionales que en muchos casos son dañinas. Saber encontrar un buen equilibrio entre la preocupación por un ser querido y el mantenimiento de la propia integridad es clave para mantener el bienestar de la familia, y de las relaciones paterno-filiales. Queremos recomendarte un clásico en este sentido, el libro El arte de amar de Erich Fromm.
Amor de madre, amor incondicional
Te hemos nombrado el libro de Fromm El arte de Amar, porque en él trata el amor materno, como un amor incondicional por su propia naturaleza. El filósofo defiende que las madres quieren a los recién nacidos por ser sus hijos, no porque el bebé cubra ninguna necesidad específica, ni llene expectativas particulares. El autor también aclara que se refiere al amor del tipo ideal, lo que no significa que todas las madres amen de esta manera.
Desde el lado del niño, el amor incondicional es el anhelo más profundo de cualquier ser humano. No hay que hacer ningún tipo de mérito para merecer el amor de los padres. No obstante esto es un anhelo, ya que muchos niños y adolescentes se sienten inseguros ante la autenticidad del cariño de la madre. Sienten el temor de que este amor desaparezca si no se cumplen sus expectativas.
Fromm defiende que este es el motivo por el que nos aferramos al amor de la madre, tanto en la niñez, como de adultos. El amor de madre genera una sensación de dicha y su ausencia un sentimiento de desesperación y abandono. Una madre ama a sus hijos no porque sean buenos u obedientes, ni porque cumplan sus expectativas, sino simplemente porque son sus hijos.