Quemaduras solares en niños. ¿Cómo puedes tratarlas?

El sol en los niños

En estos días ya hemos hablado sobre la importancia de la protección solar en niños. Sin embargo, es posible que, a pesar de tus mejores intenciones y de haber extremado las precauciones, alguno de tus hijos se queme por el sol. Si este es el caso, es importante que sepas cómo reconocerlas y qué remedios utilizar.

Ante una quemadura solar en niños, lo primero es comprobar la gravedad de la misma para saber si puedes tratarla en casa o, por el contrario, debes acudir al pediatra. Por eso, hoy te contamos todo lo que debes saber sobre quemaduras solares y su tratamiento.

¿Cómo reconocer una quemadura solar?

El síntoma más evidente de que tu hijo ha sufrido una quemadura solar, es el enrojecimiento y aumento de la temperatura de la piel de todo el cuerpo o de una parte del mismo. Además puede presentarse dolor o picor cuando se roza.

Si la quemadura es más severa pueden aparecer ampollas, dolor intenso, vómitos, mareos, erupciones, dolor de cabeza, fiebre o escalofríos. Si tu hijo presenta cualquiera de estos síntomas o la quemadura ocupa una superficie extensa del cuerpo, debes acudir cuanto antes al médico para que evalúe la gravedad de la misma y establezca el tratamiento más adecuado.

Ten en cuenta que, a veces, los síntomas de las quemaduras tardan entre 6 y 24 horas en aparecer por lo que es importante que estés atenta a cualquier síntoma para comenzar a tratarlas cuanto antes.

¿Qué hacer si tu hijo sufre una quemadura solar?

Quemaduras solares, ¿qué hacer cuándo la prevención falla?

Ante la más mínima sospecha de quemadura, lo primero es retirar a tu hijo del sol para evitar que se convierta en algo más grave. Una vez que aparece el enrojecimiento ya no sirve de nada aplicar más fotoprotector. Lo más prudente es llevar al niño a un lugar protegido y fresco.

Refresca a tu hijo con agua fría o dale una ducha con agua templada sin aplicar jabón. A la hora de secarle hazlo con suaves toquecitos para no irritar más la piel.

Normalmente las quemaduras solares vienen acompañadas de deshidratación por lo que es importante que le ofrezcas a tu hijo abundantes líquidos durante los dos o tres días que siguen a la sobreexposición.

Aplica alguna crema específica para después del sol. Estas suelen tener acción calmante y reparadora. En queaduras leves se pueden aplicar cremas o geles a base de aloe vera o caléndula. Las lociones de calamina o las cremas con pantenol suelen ir muy bien cuando la piel está quemada. Si estas cremas no son suficientes el pediatra puede recomendar el uso de corticoides tópicos.

Si tiene mucho dolor puedes darle algo de paracetamol o ibuprofeno a las dosis adecuadas para su peso y edad.


Ponle a tu hijo ropa holgada y a ser posible de algodón que no le roce y permita la transpiración.

No permitas que tu hijo se exponga al sol hasta que la quedadura haya desaparecido por completo. Una vez la piel esté recuperada extrema las precauciones. Sé mucho más exhaustiva en el uso del fotoprotector y minimiza el tiempo de exposición sobre todo en las horas centrales del día.

Recuerda para evitar las quemaduras y sus consecuencias el mejor tratamiento es siempre la prevención. 


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