La meningitis es una enfermedad infecciosa causada por virus, bacterias y diversos parásitos. Esta enfermedad se caracteriza por la inflamación del tejido que recubre el cerebro y la médula espinal. Si se trata a tiempo, la meningitis puede tratarse de forma satisfactoria, pero es muy importante saber detectarla para que se pueda efectuar el tratamiento a la mayor rapidez posible.
De no ser así, las consecuencias podrían de diversa gravedad en función del tipo de meningitis de la que se trate, incluso podría causar la muerte en los casos más graves. Por este motivo y aprovechando que hoy día 24 de abril se celebra el Día Mundial contra la meningitis, vamos a explicar cuáles son los síntomas de la meningitis en niños. De esta forma, podrás reconocer los rasgos de esta enfermedad y acudir rápidamente a los servicios de urgencias.
Signos y síntomas de meningitis
Los síntomas de la meningitis pueden ser diferentes en función de la edad del paciente o del tipo de meningitis que padezca. En el caso de los niños, los signos y síntomas más comunes son:
- Fiebre
- Vómitos
- Ausencia de apetito y rechazo de los alimentos
- Dolor de cabeza
- Rigidez en el cuello
- Irritabilidad
En el caso de los bebés, los síntomas pueden ser algo diferentes. Se puede observar irritabilidad, falta de apetito, con exceso de somnolencia y dificultad para despertarse. También puedes notar que le cuesta calmarse, aunque le tengas en brazos y recurras a las técnicas habituales. Además, es posible que el bebé con meningitis presente algunas zonas abultadas en las fontanelas.
Cuándo acudir al médico
Si detectas alguno de los síntomas mencionados en tu hijo, es muy importante que acudas a la consulta del pediatra lo más pronto posible. Procura explicar con detalle todos los signos que hayas notado al médico, de forma que pueda descartar otras enfermedades causadas por diversas infecciones. La rapidez de actuación es fundamental en este caso, puesto que, en caso de tratarse de una meningitis de tipo bacteriana, las consecuencias pueden ser tan graves como para provocar el coma e incluso en los casos más graves la muerte.
Prevenir la meningitis
La meningitis bacteriana puede contraerse de muchas formas posibles, por ejemplo, después de haber tenido otra infección en alguna zona de la cabeza, como en la garganta, la nariz o los oídos. También es posible contraer la meningitis después de sufrir una herida en la cabeza, así como contagiarse de otras personas que padezcan la enfermedad. La meningitis bacteriana es la forma más grave de esta enfermedad y la que presenta mayor riesgo en caso de no tratarse a tiempo.
En el caso de la meningitis vírica, puede contraerse a través de diversos virus y hongos. Los niños son fuente fácil de contagio, ya que generalmente se contrae el virus de la meningitis por la boca o las zonas con mucosa de la cara. Si el niño se toca la cara o se mete las manos en la boca después de haber tocado cualquier superficie sucia, infinidad de virus pueden entrar en su cuerpo. Por lo que es esencial que los niños se acostumbren a lavarse las manos con frecuencia y evitar en la medida de lo posible que se metan las manos en la boca.
La prevención en este caso es fundamental, es la única forma de evitar que los niños contraigan diversas enfermedades que podrían causarles consecuencias negativas en su desarrollo y en su salud en general. Y como única y mas efectiva medida de prevención, están las vacunas. Debemos recordar que las vacunas salvan vidas, están creadas para eliminar del organismo infecciones graves como la que estamos tratando.
Es por ello que debes asegurarte de que tus hijos reciben las dosis correctas de las vacunas correspondientes. Revisa con regularidad el calendario de vacunación de tu comunidad y ante cualquier duda, consulta con el pediatra de tu hijo para asegurarte de que el pequeño recibe todas las vacunas en el periodo que corresponda.