La lateralidad es la especialización que cada uno de los hemisferios tiene en el funcionamiento de nuestro cerebro. En los niños y niñas, para saber qué lado es el predominante nos fijaremos en sus manos, pies, ojos y oídos.
Los niños diestros usan más su lado derecho, los zurdos su lado izquierdo, pero hay niños y niñas, que utilizan ambos lados del cuerpo por igual, es lo que se llama lateralidad mixta, y otras en las que le predomina un tipo de lateralidad diferente en cada miembro, es lo que se llama lateralidad cruzada. De ambas lateralidades y de las pruebas que puedes hacer en casa para detectar cuál es la que tiene tu hijo te hablaremos a continuación.
Tipos de lateralidad y dominancia
- Dominancia manual y podal, nos indica la mano y el pie que de manera natural el niño utiliza. Algunas de estas acciones es agarrar un objeto que se cae, chutar una pelota, quedarse en un solo pie.
- Dominancia ocular y auditiva. Aunque ambos ojos y oídos son necesarios, puedes hacer la prueba de pedirle al niño que apunte, o que se ponga el teléfono en la oreja. De manera natural elegirá aquel que le predomina.
Los tipos de lateralidad son:
- Lateralidad homogénea cuando la mano, pie, ojo y oído dominante está en el mismo lado. Ya sea en el lado derecho (diestro) o el izquierdo (zurdo).
- Lateralidad cruzada cuando existe una lateralidad distinta de la manual para pies, ojos u oídos. Este es el tipo de lateralidad más estudiada porque puede provocar problemas en el aprendizaje de la lectura y la escritura.
- Lateralidad contrariada es cuando el niño ha invertido en algún o algunos miembros su tendencia natural. Antes era muy habitual que a los zurdos se les obligara a escribir con la derecha, por ejemplo.
- Lateralidad mixta es cuando el niño o la niña es igualmente hábil con cualquiera de las dos partes del cuerpo (derecha-izquierda) para efectuar todas las actividades.
Pruebas que puedes hacer en casa
Los niños, por lo general, hasta los 5 años no tienen una dominancia clara, e incluso después. Algunas de las pruebas previas que puedes ir haciendo para observar qué lado es el que predomina en tu hijo pueden ser.
Ofrécele un catalejo (puede ser un rollo de cartón) y observa qué ojo elije para mirar, o cuál es el ojo que pone en la mirilla de la puerta, De la misma forma observa qué oreja acerca a una pared para escuchar el otro lado, o en cuál nos ofrece para contarle un secreto. Fíjate que pie utiliza para dar una patada, o hacer rodar un objeto por el suelo, la mano que usa para cepillarse los dientes, desabrocharse los botones, pintar o recoger un objeto que le lances.
Es importante que vayas apuntando los resultados y haz la prueba más de una vez y en espacios diferentes. Puede ser que use un lado u otro, no porque sea su dominante, sino por una cuestión de espacio, comodidad o imitación.
¿Es necesaria la intervención en la lateralidad?
Aún es muy controvertido el tema de si intervenir o no cuando se detecta una lateralidad cruzada a efectos de corregir ciertas irregularidades. Hay quienes defienden que con una intervención temprana se evitan retrasos en el aprendizaje.
Los profesionales sí están de acuerdo en la idoneidad de no hacerlo en el caso de los zurdos, aunque la sociedad está pensada para diestros, si no, fíjate en los pomos de las puertas, o cómo ciertos utensilios, como las tijeras sólo cortan de un lado. Lo que sí es evidente es que cada niño es un caso diferente, y no se puede generalizar sobre si intervenir o no.
Serán los especialistas, médicos y neurólogos los que deben aconsejaros sobre el tipo de intervención. Porque recuerda que la tendencia lateral induce a una distribución de funciones entre los dos hemisferios y, por tanto, si le aplicamos al niño un programa en contra del diseño neurobiológico la red de conexiones interhemisféricas quedará afectada.