Está extendida la idea de que determinados síntomas como la fiebre o el babeo en bebés, estén relacionados con la dentición, si bien, también podrían responder a una enfermedad. Este mes se presenta en la versión online de Pediatrics (ya disponible) un metaanálisis referido a varios estudios en 8 países diferentes, según el cual el aumento de temperatura corporal debido a la erupción de los dientes, no se suele corresponder con una fiebre real.
Para ser considerada como tal, debería situarse en 38 grados centígrados o más. Los investigadores han encontrado indicios acerca de que los síntomas de la dentición llegan a su punto máximo cuando aparecen los incisivos primarios, o dientes delanteros (entre 6 y 16 meses de edad), disminuyendo la incidencia conforme el bebé crece.
El estudio se llama “Signs and Symptoms of Primary Tooth Eruption: A Meta-analysis”, y para realizarlo, se han utilizado datos procedentes de PubMed, ProQuest, Scopus y Web of Science. En todos los casos se han tenido en cuenta trabajos de observación de población infantil entre 0 y 36 meses.
El resultado principal es tan obvio que la inmensa mayoría de los progenitores lo conocemos de antemano: síntomas como irritación de encías, irritabilidad y babeo corresponden a la erupción de dientes de leche. Además de eso, lo que creemos fiebre puede no serlo.
Rosie Roldan, directora de odontología pediátrica en un Hospital de Miami, desaconseja la medicación (incluyendo la homeopática) en cualquiera de sus presentaciones. Los mordedores, gasas / toallitas húmedas, o chupar alimentos frescos (con cuidado porque los trozos grandes de frutas o verduras duras pueden producir atragantamiento), son en muchas ocasiones, la mejor solución.
Se estima por otra parte que la pérdida de apetito, la diarrea o las llagas alrededor de la boca, considerados parte de la sintomalogía en estos casos, realmente pueden ser atribuidas a otras causas.
Imagen — Thomas Ricker