La llegada del bebé al mundo supone un continuo aprendizaje para los padres, especialmente los primerizos. Podrás haber leído muchos libros, quizá hayas pedido consejo a familiares y amigos con hijos y puede incluso que pienses que estarás bien preparada para la llegada de tu hijo. Pero la realidad es, que la llegada de un bebé (sobre todo el primero), trae consigo un sinfín de situaciones novedosas.
Pero no te preocupes, en poco tiempo te habrás convertido en toda una experta reconociendo los diferentes llantos de tu hijo. También aprenderás a bañar con gran destreza a ese pequeño que no deja de llorar, a pesar de que dicen que el baño es relajante. Incluso, aprenderás a descifrar el pañal de tu hijo a través del color y la consistencia de su caca.
No obstante, mientras que consigues tu máster en cuidados del bebé, es posible que algunas de las cacas de tu bebé te den algún susto. Esto es algo completamente normal y que le ocurre a la gran mayoría de padres primerizos, ya que las deposiciones de los bebés van variando en color y en consistencia a la vez que cambia su alimentación. Hasta que lleguen a ser similares a las de los adultos, la caca de tu bebé pasará por las siguientes fases.
El meconio
La primera caca del bebé es negra y pegajosa, parecida al alquitrán. Esta primera caca recibe el nombre de meconio, seguro que te suena ya que las matronas suelen hablar de ello para que los padres no se lleven el susto de su vida al cambiar el primer pañal.
El color y la consistencia de esta caca, se debe a la digestión del bebé cuando aún está en el útero y su alimentación depende de la madre. Estas deposiciones son muy abundantes y suelen durar de uno a dos días, y a pesar de su apariencia, el meconio es una señal de que el aparato digestivo del recién nacido funciona correctamente.
Las primeras cacas «normales»
La alimentación es la que cambiará el color y la consistencia de las cacas del recién nacido. Al comenzar a alimentarse con leche, las deposiciones pasarán a tener un color amarillo mostaza, algo líquidas y grumosas. El color puede variar en función de si el bebé se alimenta con lactancia materna o leche de fórmula. Esto es porque la leche de fórmula se enriquece con hierro, que aporta un toque negruzco y la caca puede ser algo más marrón.
Este será el aspecto general de las cacas del bebé durante los primeros 6 meses aproximadamente, que es cuando se suele comenzar con la introducción de los alimentos.
La alimentación complementaria
A medida que el bebé comienza a tomar los distintos alimentos, el aspecto y color de las deposiciones irá cambiando en función de lo que vaya tomando. Algunas frutas y verduras aportan una tonalidad muy característica como las zanahorias, por ejemplo. Las cacas del bebé irán adquiriendo un aspecto muy similar a la del adulto y a partir de este momento se irán tornando cada vez más en lo que será sus digestiones futuras.
¿Está el bebé estreñido?
Muchos padres pasan por esta fase durante las primeras semanas del bebé, ya que los recién nacidos pueden pasar varios días sin hacer deposiciones. También es posible que el bebé haga muchas cacas en el mismo día, ya que los bebés que se alimentan con lactancia materna suelen hacer deposiciones prácticamente con cada toma de pecho.
Ni lo primero es sinónimo de estreñimiento, ni lo segundo de que el bebé tiene diarrea. Estas son situaciones completamente normales y habituales. Por otra parte, la cantidad de deposiciones no es lo que marca el estreñimiento, sino la consistencia de las heces. Si el bebé pasa varios días sin hacer caca, pero esta mantiene su color y consistencia habitual, es del todo normal.
En cambio, si las heces son duras y en forma de bola, es una clara señal de que el pequeño está estreñido. En este caso, deberás acudir al pediatra para solucionar esta cuestión. No debes darle al bebé ningún fármaco, ni líquidos, ni infusiones de ningún tipo por tu cuenta. En este enlace encontrarás algunos consejos para evitar el estreñimiento en los niños.