Si se analiza el proceso de embarazo es difícil no sorprenderse: la naturaleza es mágica y la gestación de un bebé se da en un desarrollo continuo de precisión absoluta. El cuerpo de la mujer se adapta de manera natural a la nueva vida en gestación. La madre alimenta a su bebé para así ayudarlo en el proceso de formación y crecimiento. Pasados los 9 meses dentro del vientre, el bebé está maduro para salir al mundo. Pero… ¿te has preguntado cómo se alimenta el feto?
Muchos de nosotros sabemos que el cordón umbilical ocupa un rol central en la alimentación del feto pero hoy descubriremos paso a paso de qué manera se da la nutrición del bebé durante el embarazo. De esta manera, podéis comprender mejor los cambios que se producen en el organismo de la madre para dar vida así como el desarrollo mes a mes del niño que está en el vientre.
Feto en crecimiento
Durante el embarazo es muy importante que la mujer realice una buena nutrición. La razón se debe a que la placenta absorbe los nutrientes y el oxígeno de la madre y la misma ocupa un rol central en la alimentación del feto. La placenta es un órgano muy importante en el embarazo. Entre otras funciones, a través de ella se alimenta el feto. Por otra parte, la placenta libera hormonas y enzimas, y realiza funciones metabólicas endocrinas. La placenta está muy ligada a la sangre de la madre, ya que, como mencionamos, de ella absorbe todo lo necesario para entrar en proceso.
La placenta realiza un trabajo circular: por un lado transporta el alimento y el oxígeno del sistema circulatorio de la madre hacia el feto y, por el otro, el feto envía productos de eliminación hacia la placenta. Si bien madre e hijo no comparten la circulación sanguínea, a través de la placenta hay una estrecha conexión entre ellos. La placenta está conformada por vellosidades y, en torno a ellas, se encuentran los espacios sanguíneos que acumulan la sangre de las arterias de la madre y que pasa a través de las paredes de las vellosidades.
El papel del cordón umbilical
Por otra parte, está el cordón umbilical, que presenta dos arterias enlazadas en espiral en torno a una vena. El cordón está unido a lo que será el futuro ombligo del bebé por un lado y a la placenta por el otro. El sistema de alimentación del feto se completa entonces con este cordón: el oxígeno y nutrientes de la sangre de la madre son recogidos por las vellosidades de la placenta, al absorber la sangre. De allí, pasa a la circulación del feto utilizando las dos arterias del cordón umbilical.
A su vez, el feto debe eliminar sus residuos y lo hace a través del mismo cordón umbilical. Así, elimina el dióxido de carbono y los desechos a través de una vena del cordón umbilical. Luego se realiza el proceso inverso, los deshechos van hacia las vellosidades de la placenta y de allí a la circulación de la madre.
Ahora que conoces cómo se alimenta el feto, quizás descubriréis por qué es importante cuidar la nutrición de la futura madre. Durante el embarazo, las mujeres aumentan sus necesidades energéticas debido a las demandas del bebé. Más allá de comer mucho o poco, lo importante es realizar una dieta equilibrada para así aportar todo lo necesario para el bebé. Las mujeres embarazadas deben tener cuidado de incluir en sus dietas una ración de proteínas, vitaminas, minerales, hidratos de carbono y grasas. Todos estos nutrientes lograrán cubrir las necesidades del bebé dado que de nada sirve tener una dieta muy rica en ciertos nutrientes pero faltante en otros. Una alimentación saludable incluye vegetales, cereales, hidratos de carbono, fibras y mucho líquido. Es importante mantener una buena hidratación de al menos dos litros de agua al día para así evitar inconvenientes como la acumulación de líquidos, muy típica en el embarazo.